El cambio climático es uno de los mayores reflejos de la desigualdad extrema en el mundo. El 50 % de las emisiones de gases de efecto invernadero son producidas por el 10 % de la población. Y a la inversa, el 50% de la población, los más pobres y vulnerables, solo producen el 10 % de las emisiones.
El Gobierno de Rajoy no tiene un modelo hacia el que caminar. Su hoja de ruta se limita a seguir las recomendaciones/dictados de la troika, aunque las consecuencias de las medidas sean socialmente dramáticas.