Elogio de la valentía

Elogio de la valentía

Desde estas líneas felicito con todo el respeto a Alberto Corazón por su valentía al reconocer públicamente su error por haber votado a Podemos. La pregunta que me gustaría hacerle a Alberto Corazón, y a tantos como él, que el 20 de diciembre pasado ni votaron a IU ni tampoco al PSOE es: ¿En qué momento consideró usted que el PSOE dejó de aparecer como un partido moderno, progresista, digno de ser votado por todos aquellos que se identifican con el Estado de bienestar?

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Foto: EFE

El pasado día 8 de junio, Alberto Corazón, pintor, escultor y miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes, publicó un artículo en El País que, bajo el título ¡Arrepentidos, ¡a las urnas!, lamentaba el voto que concedió a Podemos en las pasadas elecciones del 20-D. Muy defraudado ha debido quedar tan prestigioso intelectual con Iglesias y los que le siguen como para escribir semejante alegato contra ellos y, particularmente, contra su líder.

Me alegra que Alberto Corazón haya probado y que ya no quiera más papeletas moradas, pero me inquieta el hecho de que una persona como él decidiera apostar por quienes, según su escrito, han permitido con su sectarismo "la liquidación del Estado de bienestar; de la educación pública y la sanidad; de las ayudas a las personas que las necesitan para vivir, los dependientes; de la recuperación de la memoria histórica y la dignidad de los asesinados por el franquismo". Alberto Corazón no debe dudar de que esas conquistas, y algunas otras igual de transcendentes, fueron la consecuencia de las políticas que la socialdemocracia del PSOE consiguió en los sucesivos Gobiernos en los que los socialistas contaron con el apoyo mayoritario de los ciudadanos; bien es verdad que la mayoría de todas aquellas medidas que conforman lo que hoy denominamos Estado de bienestar no contaron en el momento de su gestación y aprobación de la aceptación de los amigos de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón, porque en aquellos momentos eso que hacían los socialistas eran cosas propias de "socialfascistas", que así es como los comunistas han considerado siempre a los socialdemócratas.

Como ha dicho el presidente de la Asociación de Usuarios de Internet, Miguel Pérez Subías, el problema "no es de las redes sociales, sino de la propia gente".

Ahora, cuando la corbata ciñe el cuello del que sigue, según Alberto Corazón, con "el postureo y los malos modos en la Cámara y la más banal retórica", ahora digo, la socialdemocracia ya no es lo que era sino, según el nuevo descubrimiento podemita, la doctrina política de Carlos Marx y Engels. Parece como si Iglesias y compañía hubieran seguido el camino contrario al seguido por el general Franco y por sus huestes policiales de aquellos tiempos de la dictadura, por cuanto todo el que se oponía al régimen era considerado comunista, aunque el detenido se declarara en los interrogatorios policiales como socialista, anarquista o carlista. Ahora, los de Podemos, se supone que para llevar la contraria al franquismo, consideran a todo comunista como socialdemócrata.

Desde estas líneas felicito con todo el respeto a Alberto Corazón por su valentía al reconocer públicamente su error por haber votado a Podemos. La pregunta que me gustaría hacerle a Alberto Corazón, y a tantos como él, que el 20 de diciembre pasado ni votaron a IU ni tampoco al PSOE es: ¿en qué momento consideró usted que el PSOE dejó de aparecer como un partido moderno, progresista, digno de ser votado por todos aquellos que se identifican con el Estado de bienestar?

Seguramente Corazón tendrá cosas más importantes que hacer que contestar, pero seguro que algunos lectores tendrían tiempo para hacerlo. Y me gustaría conocer esas opiniones. Hablo de opiniones, no de insultos, porque quienes, a cambio de nada, hacemos el esfuerzo de escribir ideas o comentar las de los demás, tenemos el derecho a ser tratados por quienes discrepan de nosotros, con el mismo respeto con el que nosotros arriesgamos nuestras opiniones. Internet es un espacio abierto y virtual, que incita a expresar tras la pantalla cosas que cara a cara uno no se atrevería a decir.

Frente a los que piensan que las redes sociales e Internet constituyen el origen de los insultos que, con tanta frecuencia aparecen en los comentarios, deben saber que cuando no existían las redes sociales, existían las televisiones, los teléfonos, los buzones y el correo. Y antes que todo eso, existía el ser humano y, consecuentemente, la cobardía; siempre han existido, existen y existirán cobardes, miedosos, medrosos, tímidos, temerosos, pusilánimes, atemorizados, apocados, acoquinados, achantados, encogidos, irresolutos, amilanados, gallinas, cagones y caguetas. No resulta difícil identificarlos porque "el cobarde sólo amenaza o insulta cuando cree estar a salvo". (Michel de Montaigne). Como ha dicho el presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), Miguel Pérez Subías, el problema "no es de las redes sociales, sino de la propia gente".

MOSTRAR BIOGRAFíA

Nacido en Mérida (Badajoz) en 1948, Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. Tomó contacto con el PSOE en el seno de un grupo de estudiantes sevillanos a finales de 1969, afiliándose al Partido en 1976, reorganizando el partido en la provincia de Badajoz y en Extremadura. Elegido secretario general del PSOE en Badajoz en junio de 1979, y secretario general Regional de Extremadura en 1988. Miembro del Comité Federal del PSOE desde 1983, formando parte de la Comisión Ejecutiva Federal de 1994/6, con Felipe González, así como en la de José Luis Rodríguez Zapatero, 2004/8. Elegido diputado al Congreso por Badajoz en la Legislatura Constituyente de 1977 y reelegido en las Elecciones Generales de 1979 y 1982. Artífice del proceso preautonómico en Extremadura que desembocó en la aprobación de su Estatuto de Autonomía, siendo elegido primer presidente autonómico en mayo de 1983, desempeñando dicha responsabilidad durante seis legislaturas consecutivas refrendadas por el electorado extremeño con mayorías absolutas (a excepción de la de 1995 que fue por mayoría simple). Amigo de la desnudez de las palabras y de la lealtad a los principios que emanan del socialismo democrático logró una transformación sin precedentes de la sociedad extremeña durante su gestión, guiado por su concepción del respeto a la diversidad en el marco de la solidaridad y cohesión entre las regiones que integran el Estado. Tras su decisión de no presentarse a la reelección como presidente autonómico en Extremadura, el 29 de junio de 2007 abandona la Presidencia de la Junta, tras 24 años al frente del Gobierno autonómico, retornando a sus funciones docentes en la Universidad de Extremadura. En el X. Congreso Regional del PSOE de Extremadura de julio de 2008, renuncia a presentarse como candidato a la Secretaría General Regional cuya función desempeñaba desde 1988. En el año 2011 impulsó la creación de la Fundación Centro de Estudios Presidente Rodríguez Ibarra, que preside, cuya vocación es fomentar la idea de España en la línea que vino defendiendo en toda su ejecutoria política e institucional y el fomento de vías educativas que rompan inercias del pasado, donde el riesgo, la imaginación y el espíritu emprendedor sean notas distintivas que acompañen el devenir de la sociedad del presente y del futuro.

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