La psicoterapia: un recurso bueno para todos
La mayoría de las personas creen que la psicoterapia es el tratamiento de problemas psicológicos o psíquicos. Ni lo uno ni lo otro es así. La definición etimológica de psicoterapia es, "el tratamiento a través de medios psicológicos"; es decir, trataremos sin medicinas ni cirugía los problemas del paciente, cualesquiera que estos sean.
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Muchas personas creen que la psicoterapia no es para ellos porque no tienen problemas psicológicos. La mayoría de esas personas creen que la psicoterapia es el tratamiento de problemas psicológicos o psíquicos. Ni lo uno ni lo otro es así.
La definición etimológica de psicoterapia es "el tratamiento a través de medios psicológicos", es decir, trataremos sin medicinas ni cirugía los problemas que nos traiga nuestro paciente, cualesquiera que estos sean. Así las cosas, la perspectiva cambia.
Todos tenemos problemas, de eso no cabe duda. Muchos de ellos los podemos resolver por nosotros mismos, sobre todo los problemas conscientes de situaciones que tienen que ver con elementos externos. Para otros, necesitaremos la ayuda de algún experto. Si, por ejemplo, no sé cómo hacer la declaración de hacienda, buscaré a alguien que me ayude.
Si mis problemas son internos, ya la cosa se complica. En muchos casos se necesita una cierta perspectiva para poder ver algunos de ellos. Es imposible leer un texto a un centímetro del ojo. Nos costará mucho verlo si el problema lo tenemos dentro. Si ya es inconsciente, se torna imposible de resolver sin ayuda exterior. Esta ayuda es la psicoterapia.
Es importante aclarar la diferencia entre ir a un psicólogo e ir a un psicoterapeuta. El primero es el que ha estudiado la licenciatura o el grado de Psicología en la universidad. El psicoterapeuta es un profesional que, después de sus estudios universitarios, generalmente Medicina o Psicología, se forma en Psicoterapia, una formación de postgrado específica que capacita para ejercer esta maravillosa profesión.
Dado que cada persona es un mundo y somos todos diferentes, existen muchos enfoques distintos de psicoterapia. Desde el conductismo, en un extremo, hasta el psicoanálisis mas ortodoxo en el otro, hay un amplio abanico de orientaciones diferentes con metodologías diversas: cognitivo conductual, sistémico, humanista y psicoanálisis son las principales. Todas ellas con múltiples matices y, dentro de ellos, cada uno tendrá su propio abanico de escuelas y metodología propia, sus técnicas y estrategias terapéuticas.
En función de la forma de ser y de entender el mundo de cada uno, le encajará más o menos uno u otro enfoque de psicoterapia. Lo importante es que la persona, cuando comience a trabajar, se sienta cómoda con el psicoterapeuta y con la metodología que utilice. Que pueda confiar en la persona y en el profesional, en cómo trabaja y en la metodología que utiliza.
Desde la Psicoterapia Humanista Integrativa, la metodología con la que trabajamos en el Instituto Galene, no tratamos problemas o patologías, sino que tratamos personas. Cualquiera puede venir a pedir acompañamiento y, desde ahí, resolver trabas con las que lleva peleando toda la vida. Muchas son inconscientes, por lo que a veces no detectamos que pueda estar pasando algo anómalo. Normalmente lo achacamos a manías, deficiencias personales, circunstancias externas o falta de recursos, cuando puede tratarse de decisiones de supervivencia realizadas en la infancia que todavía están activas, por poner un ejemplo.
Los problemas que tenemos sin resolver, y todos los tenemos, forman parte de la mochila que cada uno lleva a la espalda. Esta mochila metafórica contiene el material no resuelto que, con la ayuda profesional adecuada, podremos afrontar y solucionar definitivamente. Afortunadamente, contamos con mecanismos defensivos y funciones psicológicas que nos ayudan a que ese material no dé demasiados problemas o síntomas.
Es cierto que a veces falta información de que esto existe, de cómo es hacer psicoterapia o de que existen muchas formas diferentes de realizar este proceso. El cine ha mostrado a veces la psicoterapia distorsionándola o enfatizando algún aspecto para hacer reír o caricaturizarla. Debemos normalizar la psicoterapia. Todos podemos beneficiarnos de ella, aunque, para lograrlo, debemos descubrirla primero. Después, permitirnos tomar la decisión de comenzar.
Te voy a dar algunas pistas:
- Si ves que en tu vida hay cosas o situaciones que se repiten una y otra vez, deberías hacer psicoterapia.
- Si, ante un determinado estímulo, a veces presentas una reacción desproporcionada, deberías hacer psicoterapia.
- S,i de vez en cuando, algo malo pasa en tu vida que "te suena", y al finalizar te sientes fatal de la misma manera que esas otras veces en las que ha pasado esto, deberías hacer psicoterapia.
- Si, ante algo aparentemente inocuo, sientes un miedo "un pelín" exagerado, deberías hacer psicoterapia.
- Si tienes problemas de pareja o relacionales y te das cuenta de que te dan algo distinto a lo que necesitas, deberías hacer psicoterapia.
- Si descubres que en tu vida algo "nunca es suficiente", deberías hacer psicoterapia.
- Si no estás contento con tu vida o con parte de ella, deberías hacer psicoterapia.
- Si descubres que no manejas con fluidez tus emociones, deberías hacer psicoterapia.
Podría seguir muchísimo rato pero no creo que sea necesario. Lo importante es que tengas en cuenta que la psicoterapia existe, que es un recurso muy valioso para enfrentarse a los problemas de la vida que tu solo no puedes resolver, a veces ni siquiera descubrir.
No hay que estar loco para hacer psicoterapia, quizá sean ellos los únicos que no podrían hacerla, en muchos casos. La psicoterapia es una ayuda profesional al alcance de todos. Si quieres, podrás hacerla. Aunque lo habitual es que aparezcan un montón de razones por las que no hacerla (falta de dinero o de tiempo, no encuentro a nadie que me pueda ayudar, etc.), suelen ser excusas dictadas por el miedo a cambiar.
La fantasía de que "si cambio, me pasarán cosas horribles" es muy frecuente. En psicoterapia, al menos desde nuestro enfoque humanista integrativo, los cambios siempre son para bien. La protección que ofrece la relación terapéutica es tan potente que asegura el proceso del paciente, facilitando el cambio.
Si quieres encontrar a un psicoterapeuta de confianza, siempre podrás contar con Feap (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapia), entidad que regula la buena práctica de la profesión y, en su web, podrás encontrar a un buen psicoterapeuta acreditado de la modalidad que elijas.
Al final de una psicoterapia, el paciente debe sentirse capacitado para llevar las riendas de su vida, tener relaciones sanas, atreverse a decir 'no', relacionarse de forma sana con su cuerpo y responsabilizarse de sus decisiones. Vivir en autonomía y en libertad. Eso sí, asumiendo la realidad de este mundo en el que vivimos, al que muchos nos gustaría cambiar.
Este artículo fue publicado originalmente en el blog del autor.