El Plan Pive y los ministros tacaños
Cristóbal Montoro ha anunciado que en el último Consejo de Ministros de octubre, o en el primero de noviembre, se pondrá en marcha la cuarta versión del Plan Pive, por valor de 70 millones de euros. La incertidumbre de si se prorrogan estas ayudas sólo produce una estacionalidad absurda y contraproducente. Deberían anunciar ya la implantación definitiva de un plan de incentivos sin límite temporal.
El ministro Cristóbal Montoro ha anunciado que en el último Consejo de Ministros de octubre, o en el primero de noviembre, se pondrá en marcha la cuarta versión del Plan Pive, por valor de 70 millones de euros y que estará en vigor hasta final de año o hasta agotar estos millones.
Veamos algunos de los datos que ha hecho públicos FACONAUTO (asociación que agrupa a los concesionarios de automóviles), referidos a la tercera edición del plan que ahora se prorroga.
Al Pive 3 se destinaron 69 millones de euros, que se agotaron en menos de un mes, lo que da una idea de su éxito. Se acogieron a estas ayudas 26.000 compradores, de los cuales, el 98 por ciento fueron compradores particulares. Estos 26.000 nuevos coches van a proporcionar en este mismo año fiscal, unos ingresos para el Estado (administración central, comunidades autónomas y ayuntamientos) de 282,7 millones de euros. Por si fuera poco, hay que añadir que también se van a ahorrar 7,1 millones de euros que se dejan de pagar por la compra de derechos de emisiones de CO2.
A estos beneficios contables más que evidentes, hay que añadir que se han dado de baja 26.000 coches con una antigüedad media de 15,7 años. Coches sustituidos por nuevos modelos, no sólo menos contaminantes (ya hemos mencionado el ahorro en derechos de emisiones), sino considerablemente más seguros; coches con antibloqueo de frenos, airbags, sistemas antipatinamiento, iluminación permanente... en fin, con todos los sistemas de seguridad que un coche de hoy incorpora, respecto a otro de hace 15 años. La reducción en las lesiones y vidas no es cuantificable.
Y seguimos aportando ventajas: la mejora en el negocio automovilístico. Según esta misma asociación, que representa a las empresas que comercializan los vehículos, el Plan Pive 3 ha permitido mantener 13.200 empleos. El sector de automoción en España representa algo más del 10 por ciento del PIB y es con el turismo, la actividad económica más importante del país, tras la caída de la construcción. Antes de la crisis, el mercado de automóviles se movía en el entorno del millón y medio de unidades (con 1.649.320 unidades en 2004, que marca un record) y ahora díficilmente llegaremos a 750.000 unidades (el pasado año 2012 se vendieron 699.589 coches, entre turismos y todo terreno).
Por lo tanto, todo lo que sea incentivar las ventas, bienvenido sea; no solo para el sector, sino para la actividad económica de nuestro país.
Desde el inicio de la crisis marcas y concesionarios están haciendo un notable esfuerzo por mejorar las ventas. Nunca como en estos años de crisis ha habido tantas y tan importantes ofertas, descuentos y facilidades (menos en la financiación; que las instituciones financieras, esfuerzos, lo que se dice esfuerzos, más bien poquitos) para que se animen las ventas. De hecho, de los 2.000 euros por coche que supone el Pive, la mitad la aporta el Estado y la otra mitad el concesionario y no es raro ver ofertas que superan los 5.000 euros. Por citar sólo los de estos últimos días y de mayor cantidad, Citroën 4.100 € en el Gran Picasso; Ford 5.400 € en el CMax; Kia 5.000 € en el Karens; Peugeot 6.300 € en el 308; Renault 4.850 € en el Espace; Toyota 5.800€ en el Land Cruiser; y Volkswagen, que jamás había hecho ofertas, rebaja en 4.955 € el Sharan.
Visto lo visto, lo que no tiene ningún sentido es el goteo de planes Pive. Vamos por el cuarto. Si una medicina se demuestra que es buena para la salud del enfermo, no tiene explicación que sólo nos den una pastillla y esperen a una segunda o tercera dosis cuando se vea claramente la mejoría. Ya se ha expuesto el beneficio de estas ayudas y lo que es aun más importante: que se recauda 4 veces más que lo que se invierte. La incertidumbre de si se prorrogan estas ayudas sólo produce una estacionalidad absurda y contraproducente. El ministro Montoro y el ministro Soria deberían anunciar ya la implantación definitiva de un plan de incentivos sin límite temporal. O si no cree que estas ayudas sean buenas para todos, que lo digan y las supriman, pero estas terapias de goteo no tienen la menor racionalidad.