Plazos largos y multitud de requerimientos; los arquitectos municipales y su labor
No comprendo que los técnicos del Ayuntamiento se permitan el lujo de tardar tiempos inadmisibles para unas licencias, que NUNCA llegan, y más aún en el momento en el que nos encontramos.
Hablo con conocimiento de causa, hablo desde la perplejidad, pero también hablo desde la indignación.
En un momento en el que estamos absolutamente cuestionados por parte de todos y cuestionando la eficacia de los funcionarios, no comprendo que los técnicos del Ayuntamiento se permitan el lujo de tardar tiempos inadmisibles para unas licencias, que NUNCA llegan, y más aún en el momento en el que nos encontramos, donde la construcción está en crisis y prácticamente no entran proyectos en los Ayuntamientos. En un momento donde ni siquiera tienen recursos para financiarse, no puedo entender cómo tardan meses y meses incumpliendo cualquier lógica, yendo en contra del compañero y no al lado o al servicio del propio ciudadano.
No hay que olvidar que los técnicos municipales son funcionarios que están para ayudarnos y no para doblegarnos. Una institución que debería ofrecer un servicio, no pegas constantes.
Existe un plazo máximo de tres meses y a partir de ahí podría servir incluso el silencio administrativo, pero... ¿Quién es el osado que hace una obra por silencio administrativo? Cuando estás en sus manos y son ellos los que te tienen firmar el final de obra.
El poder de estos funcionarios es inmenso y ningún político se enfrenta a ellos por falta de valentía y coherencia política. Los políticos deberían estar muy por encima de los funcionarios, sin embargo no es así.
Es aquí donde me surge otra pregunta: ¿Si un funcionario no cumple con sus obligaciones fundamentales, por qué no se le puede echar? ¿Por qué no se puede medir a un funcionario por su eficacia como se hace en cualquier otro trabajo?
Obtener una oposición es una condición necesaria, pero no suficiente para tener un trabajo de por vida, sobre todo cuando en el desempeño diario de su labor en demasiadas ocasiones se aleja bastante de los parámetros normales para los que fue contratado.
¿Por qué tenemos que estar agradecidos cuando nos atiende un técnico en un Ayuntamiento? ¿Por qué hay que aceptar que habiendo mucha gente en la cola se marchen a tomar un café por ejemplo? En una empresa privada esto no pasa. Vamos, ¡se lo hago yo a un cliente y probablemente lo pierda!
¿Por qué estamos soportando más de un requerimiento cuando la ley dice que solo se puede hacer uno?
Un proyecto de una edificación no da tanto de sí, solo hay que verificar unos cuantos parámetros: ocupación, edificabilidad, retranqueos, alturas, etc... Sin embargo, ¿cómo puede ser que para estas verificaciones se alarguen hasta fechas insospechadas?
En mi caso, con las viviendas prefabricadas A-cero Tech, actualmente casi todos los Ayuntamientos tardan más en dar la licencia, que en lo que tardamos en construirla.
Efectivamente, el sector de la construcción pide una renovación, una depuración, y el sistema industrializado es unos de los caminos para conseguir una arquitectura mucho más sostenible, y más eficiente. Sin embargo la administración no es capaz de adaptarse a los nuevos ritmos para que el sector se desarrolle.
¿Cómo es posible que en un momento como este, un promotor esté arriesgando su patrimonio, generando empleo, etc y ya cuando por fin tiene las viviendas vendidas, como el técnico no le da la licencia, se le caigan las ventas y pierda toda la inversión? ¿Cómo no podemos hacer responsable a nadie de esto?
¿Cómo es posible que un técnico de un Ayuntamiento te diga que "es mejor que el proyecto lo hiciera mi marido, su mujer o mi amigo" y que esto se sepa y no haga nada? Este es uno de tantos ejemplos de un modo de actuar hasta ahora, donde todo vale y donde nunca pasa NADA.
¿Cómo puede pasar esto desapercibido sin ningún control ni queja?. A los arquitectos nos cuesta quejarnos porque estamos en manos de ellos.
Así que yo alzo mi voz contra esto, alzo mi voz, porque los arquitectos estamos en manos de este sistema. Mis colegas de profesión seguro que entienden perfectamente de qué hablo.
En definitiva, es increíble que los políticos lo sepan y no hagan nada, en un país donde SOBRAN FUNCIONARIOS.