El verdadero pacto nacional
Se exige un acuerdo para rescatar a personas y no a banqueros. Un acuerdo que no acepte de rodillas las imposiciones de los mercados, que haga pagar más impuestos a los que más tienen, que persiga el fraude fiscal.
Circula desde hace un tiempo entre círculos políticos y bastantes opinadores la tesis de que España necesita un gran pacto nacional para salir de la crisis. Un pacto, se argumenta, que visualizaría una gran unidad nacional, prestigiaría la marca España y llegaría a acuerdos clave que encarrilarían la salida de la terrible crisis. Son palabras bonitas...
Pues bien, ese pacto ya ha existido. Y es el que nos ha metido en la crisis. Son los diferentes acuerdos entre PP y PSOE (y CiU) que desde hace años no hicieron nada para prevenir la crisis primero y la han agravado después. La "unidad nacional" se construyó fomentando e incentivado la burbuja inmobiliaria. Es haber construido infraestructuras inútiles, caras y vacías. Es seguir siendo un país nuclearizado y adicto al petróleo, y no haber definido estrategias potentes de ahorro, eficiencia y de un cambio profundo de nuestra movilidad. Es no haber luchado contra el fraude fiscal de las grandes fortunas. Es haber aprobado dos reformas laborales (una PSOE y otra PP) que han abaratado el despido. Es la reforma exprés de la Constitución del pasado verano, es dar 130.000 millones de euros a la banca a cambio de nada, o es el Pacto de Estabilidad de esta semana.
Más allá del aire melancólico que desprende la propuesta, como si los tiempos de la Transición tuvieran algo que ver con los actuales, tal concepción del pacto nacional pretende hacernos creer que existe un consenso posible entre aquellos que nos han metido en la crisis con aquellos que sufren la crisis, o nada tienen que ver con sus causas. ¿Qué consenso es posible entre desahuciados y desahuciadores? ¿Entre aquellos que pagan religiosamente el IRPF y los que se benefician de una amnistía fiscal? ¿Entre los que están en paro y los que tienen su dinero en paraísos fiscales?
¿Necesitamos un pacto nacional? Por supuesto. Pero sumando nuevos actores distintos para hacer cosas distintas. El pacto no se puede construir entre los que nos metieron en la crisis, y peor aún, a partir de las recetas que nos han hundido en la crisis. Concretamente, se exige un acuerdo político, social y ciudadano para rescatar a personas y no a banqueros. Un acuerdo que incluya a los agentes políticos y sociales, claro, pero sobretodo que incluya a los que hace tiempo que sienten que no se les incluye en nada. Un acuerdo que no acepte de rodillas las imposiciones de los mercados, que haga pagar más impuestos a los que más tienen, que persiga el fraude fiscal en lugar de perseguir derechos (y defensores de los derechos), que exija una Unión Europea política y social, que cree una banca pública que facilite el crédito a familias y PYMES, que apruebe la dación en pago, que diga bien alto que la sanidad y la educación son derechos no privilegios.
Sin duda no es fácil. Es incluso más complejo que el enésimo acuerdo bipartidista entre PP y PSOE. Pero solo hay dos alternativas, un pacto para malvivir el presente o la suma de la mayoría para ganar el futuro.