Bronquiolitis, bronquitis y gripe vuelven por Navidad
Año tras año, como el turrón, vuelve por Navidad la temida para nosotros epidemia de bronquiolitis. Mira que estamos acostumbrados los pediatras a los mocos, pero cuando veo un bebé que se le junta el pecho con la espalda del esfuerzo para respirar me sigue agobiando. Está producido por un virus, así que no tiene tratamiento.
Como todos los años y fiel a la cita, han aparecido las temidas infecciones invernales. Lo sabemos por la tele: ni artículos científicos, ni detectores especializados. Cuando la publicidad de la televisión y la radio lo dice es que ha comenzado la campaña.
Que hay anuncios de turrón y colonias, es que llega la Navidad; que salen los monstruos, pues que ya pronto tocará la lotería; que nos inundan anuncios ñoños y colonias, anticipan el día de la madre, si son de herramientas y otras vez colonias, es el día del padre. Así que si los anuncios predominantes son de antigripales y colonias es que ha llegado la gripe.
¿No son demasiadas colonias? ¿De verdad olemos tan mal? ¿Es cierto que se liga con un chasquido de dedos si te aromatizas adecuadamente? Bien, no nos despistemos.
Solo quería reseñar la importancia de la industria en este periodo del año, no curan, normalmente tampoco alivian, pero se consumen ingentes cantidades de potingues para los resfriados invernales que destrozarán más de un estómago, por lo que a continuación veremos anuncios de medicamentos estomacales y digestivos.
Al primer frío y ya metidos en la vorágine de los comerciales televisivos prenavideños nos dimos cuenta en las consultas de pediatría y sobre todo en urgencias, que había llegado nuestro amigo de todos los años, el Virus Respiratorio Sincitial, VRS a partir de ahora como en los contratos para acortar. Desconocido para el gran público y para el staff de creativos de las compañías de marketing y publicidad, aparece todos los años provocando una epidemia que afecta a la primera infancia y que es especialmente grave en los neonatos y primeros meses. La Bronquiolitis.
La bronquiolitis es una inflamación que afecta a los bronquios más finos de los pulmones y que produce una dificultad para respirar, con gran esfuerzo, como si estuviera corriendo la maratón el pobre canijo se debate entre respirar o comer. Es producida por virus y ya se sabe que los virus son intratables, o los previenes con vacunas como el sarampión, o las paperas, o la varicela (aunque ahora esta se haya quitado de las farmacias no se sabe muy bien por qué) o bien te llevan al hoyo o lo que es más frecuente se curan solos por agotamiento en dos o tres días. El caso es que ninguno tiene tratamiento, lo más que ha conseguido algún virus más mediático como el VIH es transformarse en una enfermedad crónica, pero de curarse nada.
Los virus principales que provocan las bronquiolitis más graves son: el ya citado VRS, algún Rinovirus y el nuevo Bocavirus que antes era bovino y ahora desde hace unos años ha decidido atacar a los pequeños lechones humanos.
No hay tratamiento, intentamos muchas cosas, pero lo único que funciona realmente es el oxígeno, enchufar al peque a un aparato más o menos complejo y esperar a que pase en unos 3 a 15 días, las UCIs están repletas, no hay camas hospitalarias, los aparatos de oxígeno tienen al otro extremo siempre a un mocoso conectado e incluso alguno es derivado a su casa o a la calle a que respire aire puro.
Para esto no hay ningún medicamento mágico, ni vacuna mediática tampoco, ni interés político, parece -si fuera la gripe A sería otro cantar-. El caso es que año tras año, como el turrón, vuelve por Navidad la temida para nosotros epidemia de bronquiolitis. Mira que estamos acostumbrados los pediatras a los mocos, pero cuando veo un bebé que se le junta el pecho con la espalda del esfuerzo para respirar me sigue agobiando y vuelvo a los orígenes, busco en los libros, en Internet, en guías de tratamiento, estudios más recientes, metaanálisis, revisiones de todo tipo y siempre lo mismo, nada, pelearse por mantener los bronquios abiertos y que pueda respirar algo hasta que pasen los días.
Cuando acabo mi turno vuelvo a ver la tele, por si acaso ya no ponen anuncios de antigripales y damos por terminada la temporada y podemos volver a la tranquilidad de nuestros amigos los mocos.
Me da pena porque también desaparecen los anuncios de colonia que me gustan tanto.