A la vanguardia de Iberoamérica
Los próximos 18 y 19 de octubre se celebra en Panamá la XXIII Cumbre Iberoamericana, la gran cita de nuestra Comunidad de Naciones que, en esta oportunidad, viene marcada por el signo de la renovación.
Los próximos 18 y 19 de octubre se celebra en Panamá la XXIII Cumbre Iberoamericana, la gran cita de nuestra Comunidad de Naciones que, en esta oportunidad, viene marcada por el signo de la renovación. Si bien el eje que la sustenta continúa enraizado en el concepto de la cooperación, los vuelcos de las últimas décadas y la vertiginosa velocidad que ha adquirido la economía global nos ubican ante un presente que obliga a reformatear antiguas fórmulas y visiones, por buenas que estas fueran.
Así, no solo se trata de hacer balance de los puntos que marcan la agenda común (el fortalecimiento económico e institucional, la inversión en infraestructuras, la transparencia pública, el afianzamiento del espacio cultural, los proyectos educativos, etc.). A su vez, hay que repensar, con pragmatismo y sentido de futuro, las nuevas posibilidades estratégicas derivadas de la pujanza política y comercial de potencias ya emergidas como Brasil, Colombia, México o Perú. Y reequilibrar, consecuentemente, la voz iberoamericana en los organismos internacionales, además de sumar fuerzas en aquellos ámbitos que más nos unen, como el idioma. De ahí la buena idea de iberoamericanizar al Cervantes.
El continente vive un momento decisivo, prometedor aunque todavía algo confuso, como bien ilustra la coexistencia de cuatro proyectos de integración dispares (Mercosur, Unasur, Alba y Alianza del Pacífico) cuya evolución puede propiciar, pero también obstruir, la confianza en Iberoamérica del resto de Estados y mercados e inversores internacionales. El sólido compromiso de la Alianza del Pacífico por la innovación, la robustez jurídica y el libre mercado dota de un gran atractivo a esta iniciativa, lo que -unido a su vocación asiática- resulta más que interesante para España. Ahora bien, del mismo modo que nos electriza el vértigo del crecimiento iberoamericano, es preciso sopesar pausadamente las opciones que van a determinar las condiciones de vida de la próxima generación, que habla y piensa, precisamente, en español.
Bajo este horizonte de reflexión se ha articulado la red Vanguardia, una organización de jóvenes iberoamericanos coordinados para debatir sobre ese futuro del que ya se están apoderando y diseñar la agenda pública del mañana. Por eso Vanguardia está celebrando, durante estos días previos a la Cumbre, unas jornadas de trabajo que abordan las claves renovadas de la cultura y el emprendimiento, de la movilidad académica, de la gobernanza en el continente o de la vinculación entre la universidad y la vida productiva. Temas predilectos de la Fundación Carolina que, no por conocidos, desmerecen de una nueva y apasionada mirada. Por ejemplo, aunque sabemos -y los europeos más que nadie- que la movilidad académica es un instrumento decisivo para forjar una ciudadanía unida, este recurso debe ejercerse ahora en conjunción con una actitud favorable al emprendimiento y la creatividad, elementos ya indispensables en las universidades y centros de formación. Y, de este modo, preparar mejor al líder que el porvenir requiere: líderes multiplicadores y con visión global, que extraigan lo mejor de sus equipos y sepan trabajar en red.
En este sentido, me enorgullece que unos cuarenta miembros de la red de Jóvenes Líderes Iberoamericanos de la Fundación Carolina estén participando activamente en Vanguardia Iberoamericana, demostrando el impacto de dicha comunidad, la relevancia profesional de sus perfiles así como el potencial cohesivo de los nuevos recursos y aplicaciones tecnológicas. Estoy convencido de que los jefes de Estado y Gobierno que se reunirán acto seguido podrán extraer muchas enseñanzas de esa cita previa. E incluso también las personalidades que, pocos días después, están convocadas asimismo en Panamá, con ocasión del Congreso Internacional de la Lengua. Gracias a la invitación de la RAE, prometo darles cumplida cuenta sobre ello.