¿El fin del vía crucis para Pau Gasol?
Parece el final del trayecto, la última parada, aunque en la meta no hay laureles; en todo caso una corona de espinas, pero es el sendero menos doloroso. Pau Gasol parece haber puesto punto y final a su temporada y por ende a su aventura en California. Ya lo advirtió hace unos días, antes de lesionarse: "Si D'Antoni y Howard continúan el año que viene en Los Ángeles tendré que buscar otro destino." Sentencia premonitoria.
Ahora, con un desgarro parcial en la fascia de su pie derecho, tendrá que estar sin calzarse las zapatillas entre seis y ocho semanas. El tiempo de baja podría prolongarse si el catalán decide pasar por el quirófano para reparar la lesión. Lo que supondría el adiós casi definitivo al curso 2012-2013.
Tras una temporada aciaga, tanto en lo deportivo como en lo personal, Gasol parece haber firmado su finiquito en Los Ángeles con esta inoportuna lesión. Una piedra más en el tortuoso camino que transitan los Lakers desde que comenzase la temporada, un nuevo impedimento que complica aún más, si cabe, sus aspiraciones de meterse en puestos de playoffs a final de curso.
Mucho que perder y poco que ganar
Llega el momento de la paz interna para Gasol. Con mucho que perder y poco que ganar -el premio de disputar los playoffs se antoja algo escaso para un equipo programado para ganar el campeonato-; y quizás es la ocasión para que Pau tome las riendas de su carrera y se plante.
Ver los toros desde la barrera, disfrazado con traje y corbata, no debe ser una sensación agradable para ningún profesional; si bien ahora dejará de ser el chivo expiatorio del entrenador, Mike D'Antoni, quien ha querido implantar un patrón de juego e implementar unas normas a un vestuario con muchos kilómetros en las piernas, curtido en mil batallas. Un técnico que ha colocado su ego por encima de las condiciones del equipo. Nadie podrá culparle de su incompatibilidad con su compañero de fatigas, Dwight Howard; e incluso se librará de las reprimendas públicas de Kobe Bryant. Ningún dardo le podrá caer de cerca.
Se acabó ser tratado como una medianía que sin motivo alguno sale de suplente y al día siguiente de titular, al que se sienta en el fondo del banquillo cuando se decide el partido, a quien se le manda jugar a 5 o 6 metros del aro cuando el ocaso de su carrera está más cerca; en fin, al que los medios colocan en la pira un día sí y otro también. Se acabó pagar por todos los males de los Lakers. Se terminó seguir recibiendo reproches por un contrato que le firmaron en sus mejores años.
Un dato que invita al optimismo en California es que desde que Kobe Bryant nació, allá por el año 1978, los Lakers solo se han perdido los playoffs en dos temporadas. Ahora bien, esa guerra no parece ya ir con Gasol. Ya no será señalado como el principal culpable si el fracaso de quedar fuera de las eliminatorias por el título acaba consumándose.
La lesión en su pie derecho es el último contratiempo de una temporada repleta de tribulaciones. La tara de soft (blando) que ha llevada colgada del cuello, por más que tenga dos anillos y cuatro designaciones para jugar el All Star Game, siempre ha pesado para sus críticos más feroces a la hora de evaluarlo. Su annus horribilis (está firmando los peores números de su carrera NBA, con 13 puntos de media y 8 rebotes, habiendo perdido incluso su condición de titular en algunos encuentros), parece tocar a su fin.
El Eurobasket en el horizonte
Procede esperar unos días para ver si Pau decide o no pasar por el quirófano. De hacerlo, su temporada estaría acabada, y con ello gran parte de las opciones de Los Ángeles de disputar la postemporada.
En el horizonte se avecina el Eurobasket de Eslovenia en septiembre. Una cita en la que no estaba previsto que el pívot participara. Ahora la situación toma otro color. El seleccionador español, Juan Antonio Orenga, ve una pequeña luz al fondo del túnel en forma de ausencias que se preveía tras los J.J.O.O. de Londres.