Djokovic se corona en Londres por cuarto año consecutivo
Fanfarria y gloria eterna para un Djokovic que redondeó el mejor año de su vida con suficiencia, como el sobresaliente número 1 del mundo que es. Demostró e Greenwich que, a día de hoy, en un cara a cara por un título, es imbatible; cuando hay un trofeo en liza, no hay quien pueda derrocarle.
Fanfarria y gloria eterna para un Djokovic que redondeó el mejor año de su vida con suficiencia, como el sobresaliente número 1 del mundo que es. Demostró en la caldera del O2 de Greenwich que, a día de hoy, en un cara a cara por un título, es imbatible; que cuando hay un trofeo en liza, no hay quien pueda derrocarle. Ni siquiera Roger Federer, quien le batió hace escasos días en la fase de grupos.
Nole cerró un año para enmarcar con la victoria en el ATP World Tour Finals. Una temporada inmejorable que clausuró con la friolera de 11 títulos (entre los que se incluyen tres Grand Slams y 6 Másters 1000) y un balance de 82 victorias y 6 derrotas.
Unos números incontestables, prácticamente irrepetibles, y unas sensaciones aún mejores. Una superioridad que asusta, que intimida a sus rivales. Ni un gran Federer pudo derrotarle en su superficie favorita. Tampoco Nadal en semifinales, ni mucho menos Murray. Solo Wawrinka le apeó de la gloria perenne que hubiera supuesto ganar los cuatro torneos del Grand Slam en una sola temporada.
El partido de anoche fue un baño de realidad para Federer, quien venía jugando un tenis excelso pero que se topó con un Djokovic muy activo al resto y que apenas le dio tregua, por más que el helvético admitiera en rueda de prensa que sabe cómo derrotarle, y que debió jugar mejor.
Al ganador de 17 majors se le empezó a escurrir el partido con un break de Djokovic al poco de empezar. El suizo intentó reponerse, y a punto estuvo de devolverle la moneda al serbio: contó con dos bolas de break, pero no pudo materializarlas. El que no dejó desaprovechar las suyas fue Nole. Roger sacó para agarrarse al partido, pero el número 1 no perdonó y volvió a romperle: 6-3, y el encuentro encauzado para el tenista de Belgrado.
Dos breaks en el siguiente set hicieron mella en el jugador de Basilea, quien empezó titubeante el segundo parcial. Salvó su servicio por su precisión suiza y por el apoyo incondicional de una afición que no dejó de corear su nombre y animarle con el característico: "Let's go,Roger, let's go!". Cada pelota de rotura que salvaba el número 3 se traducía en una explosión de júbilo de una grada febril, incondicional ante la causa del suizo. Parecía, por momentos, más un partido de fútbol que de tenis.
Djokovic completó la mejor temporada de su vida derrotando a Federer en Londres. Foto: Javier Marcos.
Si bien, eso poco le importó a un Nole acostumbrado a no tener el favor del público. No le alcanza al serbio con sus golpes y títulos para llegar al carisma y el estatus del que gozan sus grandes adversarios, Roger y Rafa.
En la segunda manga, el pupilo de Boris Becker solo necesitó de un break (en el décimo juego) para ganar el set y el torneo. Federer ganó muy pocos puntos cuando sirvió con el segundo saque (un 43%), mientas que Djokovic logró un 84%. Un porcentaje que le costó el partido.
"Las rivalidades con Rafa y Roger (a los que, tras muchos años, ha igualado a victorias en el cara a cara particular) me hacen mejor jugador, el jugador que soy hoy, sin duda", asegura.
Por su parte, Federer y Nadal confían en que el año que ha tenido Novak no se vuelva repetir. "Nole empezará el año con una gran confianza, pero jugar tan extremadamente bien siempre es complicado. No puedes repetir un año así, requiere mucho esfuerzo, tienes que estar físicamente en forma, sin ningún tipo de lesión, mentalmente tienes que estar al máximo, no es tan fácil como parece", concluyó el subcampeón.