¿Hasta dónde piensan llegar?

¿Hasta dónde piensan llegar?

Tras la reforma laboral y la devaluación de los salarios ¿qué será lo próximo? Podrían dejarse a un lado las medidas que parecen más ideológicas y vinculadas con la presión de la jerarquía católica: la reforma de la Ley del aborto o la nueva Ley educativa. Ambas, para devolver favores a la Iglesia.

Lo peor de la reciente intervención parlamentaria del ministro Montoro no es que su afirmación de que los salarios en España han subido queda lejos de acordarse con la realidad que vivimos la mayoría desde hace cinco años. Tal vez, como argumentaba, es el resultado de una media estadística, ya que si se tiene en cuenta el importante aumento de ingresos de personas como Ignacio López del Hierro, compañero de Cospedal, la media puede indicar crecimiento, aun cuando bajen muchos sueldos. Pero no creo que lo del señor López del Hierro sea un sueldo. En todo caso, a lo que más se parece es a una especie de latisueldo.

Puede ser que la realidad de Montoro sea otra. Es la realidad de quien, instalado en el poder por varios lustros y viviendo del mismo -ya sea como diputado, ya sea como accionista de empresas que trabajan para las Administraciones Públicas, aunque en la actualidad se haya retirado de las misas- la realidad sea otra. Hasta es posible que ni le importe cuánto suma su sueldo, pues unas cosas con las otras se compensan y se puede seguir viviendo muy bien.

Tampoco, aun cuando es un síntoma, lo peor es su tono chulesco, más de taberna que de espacio de institución democrática. Un estilo más dirigido a la pelea canalla o, mejor dicho, a la trifulca chusca de quien se sabe protegido para evitar el cuerpo a cuerpo. Bastante más pusilánime que el que tres chicas se jugaran una fuerte sanción por luchar por sus convicciones, ante un ministro que vuelve a poner el derecho de la mujer a abortar varias zancadas atrás.

Lo peor es que, señalando que los salarios españoles no han bajado, es que todavía se siente frustrado en sus metas y que ha incumplido el mandato de su jefe, el presidente Rajoy, que va vendiendo por ahí que ya se ha conseguido rebajar los costes salariales en nuestro país. Es decir, como nos temíamos, no se trata de una serie de medidas de ajustes circunstanciales a partir de la situación económica actual, sino de una política en todo su sentido, con sus horizontes y sus estrategias. Y es aquí que surge la pregunta: ¿hasta dónde piensan llegar? Los retrocesos en condiciones materiales y libertades en dos años de legislatura son patentes. Pero si alguien había creído que acaban ahí, que se vaya preparando. De hecho, tras el programa electoral que presentó el PP para noviembre de 2011, se encuentra el programa oculto, al que los distintos representantes del Gobierno, con su presidente a la cabeza, denominan "programa de reformas".

Tras la reforma laboral y la devaluación de los salarios ¿qué será lo próximo? Podrían dejarse a un lado las medidas que parecen más ideológicas y más vinculadas con la presión de la jerarquía católica: la reforma de la Ley del aborto o la nueva Ley educativa. Ambas, como una forma de devolver los favores a la Iglesia, que tanto colaboró con el PP cuando estaba en la oposición, y, a la vez, un guiño a las bases sociales más tradicionales de la derecha española. Esto ya está hecho y apenas tendría que ver con un cambio de modelo socioeconómico, que es lo que se está produciendo y va a seguir produciéndose con los conservadores en el poder. Los próximos focos estarán en: el sistema de pensiones, pues los cambios no han hecho sino empezar; el sistema nacional de salud, abriéndose más descaradamente hacia la privatización; el replanteamiento de los subsidios de desempleo, disminuyendo su duración y empujando a quienes lo reciben a aceptar cualquier tipo de ofertas; y, vinculado con esto último, la consolidación de los minijobs, trabajos de pocas horas a la semana y salarios muy bajos, pero de manera que los empleados en los mismos salen de las listas de desempleo. Estas son las próximas metas; pero: ¿hasta dónde piensan llegar en el cambio de modelo de relaciones sociales en España?

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