Catar presentó la mejor propuesta para la Copa Mundial de la FIFA 2022. Aquí tenéis el porqué
Catar no tiene una rica historia futbolística. Somos un país pequeño. Las temperaturas son altas en verano. Por otra parte, y de manera injusta, nuestra riqueza levanta sospechas. Pero el éxito de nuestra propuesta no se debió a que se ignoraran estas cuestiones, sino a que ofrecimos respuestas convincentes. Convertimos cada desafío en una ventaja para nosotros.
En la primera semana del Mundial ya vimos grandes derrotas y decepciones para los seguidores, tanto por la rápida salida de España como por la de Inglaterra. No obstante, existen buenas razones futbolísticas que explican tales resultados. Y, a pesar de lo que hayáis podido oír en las últimas semanas, también hay buenas y legítimas razones que explican por qué Catar batió a otros rivales más conocidos y consiguió ser la sede del torneo para dentro de ocho años. Simplemente, hemos luchado por hacernos oír. Catar no tiene una rica historia futbolística. Somos un país pequeño. Las temperaturas son altas en verano. Por otra parte, y de manera injusta, nuestra riqueza levanta sospechas. Pero el éxito de nuestra propuesta no se debió a que se ignoraran estas cuestiones, sino a que ofrecimos respuestas convincentes. Convertimos cada desafío en una ventaja para nosotros. Ganamos porque nuestra oferta se consideró la mejor.
Puede que la historia del fútbol en Catar sea mucho más joven que en Europa o América del Sur, pero la pasión por este deporte aquí y en todo Oriente Medio es igual de intensa. Los miembros de la FIFA lo comprendieron y quisieron llevar el torneo a una nueva región.
Las finales en los Estados Unidos en 1994, en Japón y en Corea del Sur en 2002 y en Sudáfrica en 2010 contribuyeron a construir la popularidad del fútbol. Esta es nuestra oportunidad de llevar el torneo a los muchos millones de fans de Oriente Medio. A los miembros de la FIFA también les tranquilizó el hecho de que lográsemos organizar bien otros eventos deportivos de gran calado, como los Juegos Asiáticos de 2006, los Juegos Panarábigos de 2011 y la Copa de Asia de 2011. El tamaño compacto de Catar dio a estos acontecimientos un estilo diferente, un punto más a favor para los miembros de la FIFA. Hablamos de un Mundial en el que ni los equipos ni los hinchas tendrán que viajar grandes distancias entre estadios, a diferencia de lo que ocurre en Brasil, o de lo que ocurrirá en Rusia dentro de cuatro años. Reconocieron también que Catar es una sociedad estable y pacífica con uno de los menores índices de criminalidad en el mundo. Por supuesto, nos enfrentamos a rivales bastante fuertes, pero tanto los Estados Unidos como Japón y Corea del Sur han acogido recientemente la Copa del Mundo. Por su parte, Australia tiene una arraigada tradición deportiva, pero el fútbol no es su deporte número uno. Además, una final allí implicaría largos trayectos y un coste considerable. En cambio, más de 2.000 millones de forofos podrían volar hasta el nuevo aeropuerto de Doha en un viaje de aproximadamente cuatro horas.
Algunos críticos apuntan a las altas temperaturas veraniegas como el principal motivo por el que es imposible que hayamos ganado jugando limpio. No obstante, hemos demostrado cómo se podrían jugar los partidos en condiciones cómodas. Un torneo de invierno no entraba en nuestros planes. Puede que nuestros estadios con aire acondicionado suenen a fantasía, pero contamos con sistemas de refrigeración para eventos al aire libre desde 2008.
Hemos invertido en investigación y desarrollo para descubrir cómo conseguir que estos sistemas funcionen mediante energía solar y otras tecnologías renovables. Asimismo, prometimos a la FIFA que lo compartiríamos con otros países.
Es cierto que hemos gastado más dinero en hacer campaña que otros de nuestros rivales, pero esto ha sido simplemente para estar a la altura de los rivales más conocidos. Teníamos que mostrar a la gente nuestro país y lo que podíamos ofrecer para superar los obstáculos observados. Pero, desde el día en que lanzamos nuestra propuesta hasta el día en que nuestro nombre salió de aquel sobre en Zúrich, hemos jugado estrictamente de acuerdo con las reglas. Este es el motivo por el que nos alegra poder cooperar plenamente con la FIFA en su investigación acerca del proceso de selección. No tenemos nada que esconder ni que temer.
Con todo, esto no ha frenado el aluvión de acusaciones cada vez más descabelladas. Por ejemplo, esta semana la Interpol desmintió la afirmación de The Sunday Times según la cual la organización internacional había ordenado llevar a cabo una investigación penal sobre la elección de la sede para 2022.
Explicamos a la FIFA que queríamos que la Copa del Mundo actuara como catalizador de un cambio positivo en nuestra región. Hemos cumplido nuestra palabra y ya hemos dado algunos pasos, por ejemplo, modernizando nuestra legislación laboral. También pusimos de manifiesto nuestra convicción de que al celebrarse la final en Oriente Medio mejoraría el entendimiento dentro y fuera de la región.
Como hemos podido comprobar en Brasil, la Copa del Mundo tiene la increíble capacidad de unir pueblos y culturas. Hay seguidores de todo el mundo que hacen nuevos lazos de amistad, y que volverán a casa con los ojos y la mente más abiertos.
Por desgracia, aún existen muchas divisiones y malentendidos en nuestro mundo, pero la pasión compartida por el fútbol puede desarticular esos prejuicios y unir a la gente en torno a lo que tienen en común. Este mensaje, que nunca ha sido tan importante como ahora, estaba en el centro de nuestra propuesta, y es también por lo que estamos deseando dar la bienvenida al mundo a nuestro país en 2022: será un acontecimiento espectacular.
Traducción de Marina Velasco Serrano