Británicos que se inventan limitadores de velocidad para llevarse mal con la UE
¿Odias la Unión Europea y la ves como un enemigo que intenta robarte la independencia legal? Invéntate noticias. Lograrás un gran tirón mediático, miles de referencias cruzadas por internet, levantarás ampollas de lectores radicales, que no intentarán corroborar la información publicada...
¿No tienes nada bueno que publicar? ¿Odias la Unión Europea y la ves como un enemigo que intenta robarte la independencia legal? Invéntate noticias. Lograrás un gran tirón mediático, miles de referencias cruzadas por internet, levantarás ampollas de lectores radicales, que no intentarán corroborar la información publicada...
¿A qué viene todo esto que te cuento? Pues a la última cantada conjunta montada entre los tabloides The Sun y The Mail el pasado domingo en Inglaterra, que ayer se había difundido tanto que incluso medios de habla castellana se estaban haciendo eco de los artículos allí publicados, dándolos por buenos.
Según estos dos tabloides británicos, la Comisión Europea, según ellos impuesta sobre nosotros "sin elecciones de por medio", estaba buscando la manera de incluir controladores de velocidad en todos los coches vendidos en Europa, a modo de Gran Hermano, para limitar nuestros vehículos a menos de 120 km/h (la medida la publicaban en sus tan británicas millas por hora).
Según los dos artículos, escritos con una bajísima calidad técnica, los coches tendrían unas cajas negras que, al detectar una velocidad superior a 120 km/h "activarían los frenos del vehículo".
Cuando hace un par de días dimos con estos artículos, esta frase es la que nos disparó las alarmas para ir a buscar la verdad a la fuente de la noticia. ¿Activar los frenos? Como cualquiera que sepa algo, que no digo mucho, digo algo, de coches, sabe que los controladores activos de velocidad y los limitadores de velocidad máxima no actúan sobre los frenos, sino sobre la centralita de control del motor, restringiendo la inyección de combustible como si levantáramos el pie del acelerador.
Alguien estaba mintiendo y tergiversando información, ¿pero como?
La Comisión Europea tuvo finalmente que salir ayer al paso de todo el ruido montado por estos supuestos periodistas (mentir por escrito no puede considerarse periodismo...).
La historia real arranca de un informe encargado a la Comisión Europea. En dicho informe se solicitó a la Comisión que investigara los nuevos avances en tecnología de conducción autónoma y en campos de la seguridad. Y entre todos los campos de estudio de dicho documento, un pequeño apartado está dedicado al control activo de velocidad con lectura de señales, algo que ya tienen muchos coches de producción actuales.
El estudio, que se publicará en octubre, fue tergiversado activamente por The Sun y The Mail, que quisieron montarse la película, asegurando que la Comisión iba a proponer un control activo de velocidad asociado a esos dispositivos de lectura de señales.
La Comisión, que recordemos que es seleccionada por los estados miembros de la Unión Europea a través de sus ministros, y por tanto es elegida democráticamente, a diferencia de lo que dice The Sun (manda narices que mientan en esto también), se encargó de hablar activamente con ambos medios de comunicación, informándoles de que ni iba a recomendar, ni pensaba recomendar un control activo de velocidad con un límite de este tipo.
Pero ambos medios decidieron obviar esas declaraciones de forma activa, siguiendo el lunes con su aventura periodística y comenzando un discurso retórico sobre "las imposiciones de la Comisión Europea", pintando un retrato donde Reino Unido no quiere esas medidas, y que es la Unión el medio opresor que se las impone. Curioso, más cuando es Reino Unido uno de los miembros que activamente había solicitado estudiar los nuevos sistemas de seguridad del automóvil a la Comisión.
¿Moraleja?
Como siempre conviene recordar, más en el siglo y en los tiempos que corren, que porque alguien publique algo, no tiene por qué ser verdad. Cotejar la información con la fuente fidedigna de la misma es básico, algo que a la torera se han saltado muchos otros medios (incluyendo nuestra versión estadounidense), que dieron por buenos los datos de The Sun.
Es de lógica que los estados miembros no quieran ni piensen en limitadores activos de la velocidad, por muchos motivos. En Alemania, donde las Autobahn son algo intocable para muchos, jamás aceptarían un límitador de velocidad activo. En otros países como Francia nos podemos creer más que una medida de este tipo se acabe imponiendo.
Pero la realidad a medio plazo va a ser mucho más cruda. Con la tecnología disponible, a las compañías aseguradoras no les va a costar demasiado tiempo agregar condiciones a las pólizas de manera que si no montamos una caja negra la tasa de asegurado será imposible de pagar para un asalariado medio.
Así que, por ahorrar dinero en el seguro, acabaremos muchos con cajas negras en nuestros coches que invalidarán nuestra póliza tan pronto ignoremos el límite genérico de las vías. ¿Mejorará esto nuestra seguridad? No, pero sí mejorará el negocio y el riesgo para las aseguradoras, que ya tienen experimentos odiosos en este campo.