Zelenski pone en manos de su aliado el fin de la guerra

El presidente de Ucrania, Zelenski, ha confesado cuáles son los principales factores que influirán en la posibilidad de que Rusia y su país puedan llegar a un acuerdo o entendimiento y acabar con la guerra en un plazo de tiempo relativamente cercano.

Según expresó Zelenski, uno de ellos -que realmente es el principal-, radica en la importancia de un acontecimiento mundial, que marcará el devenir del tablero geopolítico para los próximos años: las elecciones de EEUU que se celebran el próximo 5 de noviembre, y que pueden marcar un antes y un después tanto en la política interior como exterior del gigante americano.

Este es un factor importantísimo a la hora de que la guerra en Ucrania pueda llegar a su fin, o al menos, pueda cambiar de signo, y esto es algo que preocupa especialmente a Zelenski, ya que, como él mismo ha asegurado en más de una ocasión, la candidatura de Donald Trump le produce cierta inquietud.

En etas declaraciones, que han tenido lugar durante la mañana de este martes, Zelenski aseguró que "Moscú también seguirá de cerca la política de EEUU", y aseguró que "Washington demostrará la política muy rápidamente, después de las elecciones", y estimó que la nueva delegación no esperará a llegar a enero para tomar las primeras decisiones importantes.

Pese a su escepticismo respecto a la candidatura del expresidente Trump, debido a su oposición a continuar dando recursos y armas a Ucrania, Zelenski destacó que su relación con ambos candidatos ha sido siempre buena.

"Tuve una buena reunión con Trump. Fue muy positiva. Y estoy contento por eso. Y también tuve una muy buena reunión con Harris, no la primera", afirmó.

Por último, dejó un 'recado' a Alemania, a la que acusó -sin utilizar un tono beligerante- de mostrarse "escéptica sobre nuestra adhesión a la OTAN" por "miedo en términos de la reacción rusa". Es decir, que Berlín no se atreve a dar el 'ok' al ingreso de Ucrania en la OTAN por miedo a represalias rusas, y en contraposición, destacó la predisposición de países como Francia o Gran Bretaña al ingreso de su país en la Alianza.