¿Veremos a Trump esposado y fichado? Las incógnitas por aclarar tras su imputación en el caso Stormy
El histórico proceso, primero contra un expresidente de EEUU, abre también incógnitas menores pero jugosas. Una mala estampa entre agentes cuesta cara... o da alas.
Donald Trump está ya imputado. El martes, dicen sus asesores, se entregará por los cargos que un gran jurado de Manhattan ha puesto sobre sus espaldas investigando el caso Stormy Daniels. Es imposible que, ante esta situación inédita en un expresidente de Estados Unidos, no se disparen las especulaciones. Todo el mundo tiene en la cabeza la imagen de su arresto, falsa, creada estos días por Inteligencia Artificial, pero perfectamente factible dada la crisis en la que se encuentra el magnate. Pero eso, por ahora, sólo ha pasado en el mundo digital. La realidad, posiblemente, acabe siendo otra.
Por ahora, lo que se ha votado este jueves por la noche es imputar cargos penales contra Trump por el pagos de 130.000 dólares que en 2016 realizó, a través de su entonces abogado, Michael Cohen, con el fin de silenciar la aventura del republicano con Daniels. Ese panel es ante el que la fiscalía de distrito de Manhattan -que comanda el demócrata Alvin Bragg- ha presentado sus pruebas y testigos en este caso.
El siguiente paso, superado un proceso que ha llevado dos semanas más de lo anunciado por el propio expresidente, es que la fiscalía preparare el llamado pliego de cargos y lo firme el portavoz del gran jurado lo firmará. Se podrá presentar, entonces, la imputación formal y sellada ante el tribunal.
Ya arranca de seguido el proceso clásico de contactar a los abogados defensores y coordinar la entrega a las autoridades. Pueden pasar varios días hasta que comparezca ante un tribunal, el martes es la fecha que maneja su propia gente. No se ha producido ninguna orden de entrega por ahora ni hay extradición prevista desde Florida, en cuya casa de Mar-a-Lago se encuentra Trump en estos instantes.
No parece que sea necesario por el momento llegar pedir ese trámite. que curiosamente debería aceptar el mayor rival interno de Trump en el Partido Republicano, el gobernador Ron DeSantis.
Podría comparecer por vídeo en la primera vista de instrucción, pero según el mensaje de un miembro de su campaña al que ha tenido acceso el diario británico The Guardian, se trasladará a Nueva York "con toda seguridad".
¿Y entonces? ¿Vamos a ver a Trump con esposas, con la policía tomándole las huellas, en su foto de fichado con antecedentes?
Lo primero que hay que advertir es que el proceso que se abre puede tardar varios meses, y hasta dos años, según los especialistas. Así que hay tiempo para que pase todo o no pase nada. En el plazo inmediato, debe determinarse cómo será el arresto. Lo más probable, como ya han señalado desde su entorno, ea la entrega de Trump a las autoridades, dada la naturaleza "no violenta" de los cargos y el hecho de que sea expresidente.
"Esto no tiene precedentes y no hay un procedimiento definido", señala a la agencia AFP el exagente del Servicio Secreto estadounidense Robert McDonald, ahora profesor de justicia penal en la Universidad de New Haven. Según el experto, el Servicio Secreto, encargado de proteger a altos dignatarios, coordinará con la oficina del fiscal, el demócrata Alvin Bragg, para que Trump se presente en el juzgado sin que su llegada se convierta en un "espectáculo".
El exfiscal federal Renato Mariotti tuiteó el sábado que espera que Trump "se presente voluntariamente en el tribunal, le tomen las huellas dactilares y lo registren, y que sea puesto en libertad bajo fianza". En ese momento se lee el llamado Miranda warning, que recuerda a la persona en custodia que tiene derecho a mantener silencio, que cualquier cosa que diga puede ser utilizada en su contra en un tribunal, que tiene derecho a un abogado y que se le facilitará uno de oficio si no se puede pagar uno privado. Nos lo sabemos por las películas perfectamente.
Lo que no se sabe es si alguno de esos pasos acabará filtrado a la prensa, una imagen muy valiosa y que puede tener una doble lectura entre el electorado: robustecer la estampa de un Trump que sostiene que estamos ante una "caza de brujas" o hundir su relato, porque un señor escoltado por agentes y con grilletes puede no salir indemne de la humillación.
Viene de seguido una parte pública: presentación de cargos ante el tribunal. El encausado se declara inocente o culpable en esa fase y es convocado para la siguiente vista. Dada la prominencia de Trump y su candidatura presidencial en curso para 2024 -anunciada meses atrás- es probable que el juez no considere que el expresidente esté un riesgo de fuga y Trump, entonces, podrá irse después del procesamiento, previo pago de una fianza si es necesario. "Supongo que no será retenido durante la noche", estima McDonald. Tanto en la parte privada como en la abierta, Trump siempre protegido por el servicio secreto, dado su estatus por haber ocupado la Casa Blanca.
Vistos los primeros movimientos de su defensa, son ya pocos los que creen que el expresidente podría negarse a entregarse, desafiando a la oficina del fiscal de distrito de Manhattan a que lo arreste. "Uno podría imaginarse a Trump queriendo hacer eso", dijo, no obstante, el exfiscal Shan Wu a la misma agencia. "Eso es algo que la oficina de Bragg estaría temiendo". No hay signos de ello, por ahora, pese a la cabezonería del multimillonario.