Una de las títeres de Putin alerta de que Europa quiere destruir Rusia y luego manda a su hijo de vacaciones a España

Una de las títeres de Putin alerta de que Europa quiere destruir Rusia y luego manda a su hijo de vacaciones a España

Elena Karaeva, una figura clave de la agencia estatal rusa RIA Novosti, critica a Occidente pero disfruta de lo mejor de Occidente. 

Elena Karaeva ria Elena Karaeva ria Elena Karaeva ria Elena Karaeva, en una imagen de sus redes sociales, capturada de Youtube.YOUTUBE

Se llama Elena Karaeva y es una figura clave de la agencia estatal rusa RIA Novosti, uno de los medios vetados por la Unión Europea por ser propagandista del régimen de Vladimir Putin. Ahora está haciendo correr ríos de tinta, no por sus informaciones o por sus opiniones, sino porque ha afirmado que Europa quiere "robar y destruir" a Rusia... mientras manda a su hijo de vacaciones a nuestro país

Karaeva, que tiene pasaporte francés además de ruso, fue una vez una crítica abierta de Rusia y una admiradora de los galos. Sin embargo, su narrativa dio un giro dramático en los últimos años, especialmente desde la invasión de Ucrania por parte de Moscú, en febrero de 2022. 

La reciente columna que ha publicado en RIA Novosti analiza las operaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la región de Kursk, presentándolas como parte de una agenda euroatlántica para desmantelar Rusia. Sorprendentemente, Karaeva, que pasó dos décadas en Francia, ha permitido a su hijo disfrutar de ese país y de España este verano, tal y como informa el canal de Telegram "Podemos explicar".

Antes de unirse a los medios estatales rusos, Karaeva vivió en nuestro país vecino durante 20 años, trabajando con Euronews, cuyas frecuencias en Rusia fueron transferidas a Solovyov Live en 2022. También ha colaborado con otros medios de comunicación como Radio Liberty, ahora etiquetadas como "organizaciones indeseables" en Rusia, un país que Reporteros Sin Fronteras (RSF) sitúa en el puesto 162 sobre 180 naciones en su clasificación sobre libertad de prensa, esto es, en zona roja. "Desde la invasión de Ucrania, la práctica totalidad de los medios independientes han sido prohibidos, bloqueados y/o declarados “agentes extranjeros” u “organizaciones indeseables”. Todos los demás están sometidos a la censura militar", señala la ONG. 

Durante su estancia en Francia, Karaeva elogió la calidad de vida y la cultura del país. “Casi todo lo que se hace en Francia (desde el cine hasta la comida, desde la literatura hasta los museos, desde la arquitectura hasta el arte de vivir) es verdaderamente excepcional”, afirmó en entrevistas pasadas, contrastando la experiencia con la vida en Rusia. Incluso criticó el alto coste de la vida en Moscú diciendo: “Si una baguette en París costara tanto como en Bolshaya Nikitskaya, los franceses traerían de vuelta a Madame Guillotine”.

También elogió la atención sanitaria francesa, atribuyéndole el mérito de haber salvado la vida de su hijo durante un ataque de meningitis. Según ella, “su manejo fue tan eficiente, tan rápido, tan fácil, con bromas y sonrisas”, un marcado contraste con el tenso entorno sanitario de Rusia.

En 2021 se produjo un cambio cuando Euronews redujo su plantilla, lo que provocó el despido de Karaeva. Pronto adoptó un tono radicalmente diferente y se unió a RIA Novosti, centrando sus columnas en la crítica a Europa y sus valores. “¿Por qué nos interesa lo que sucede en Estrasburgo (sede del Parlamento Europeo)? Nos preocupa porque estas son las personas que hicieron de la rusofobia una tendencia política importante y financiaron la transformación de Ucrania en un país anti-Rusia, respaldando los asesinatos de rusos”, escribe Karaeva.

A pesar de su cambio de retórica, Karaeva envió a su hijo de vacaciones a Europa. Se le ha podido ver compartiendo momentos de sus vacaciones en España en las redes sociales. “Bebé en el centro. En la foto. Físicamente... en Barcelona. ¡Deber maternal cumplido!”, escribió la propagandista. En pasado, porque ahora su página de Instagram está vacía y su perfil de Facebook parece estar cerrado. No se sabe la razón, pero sí que ha quedado claro el doble estándar en el que se mueve.