Una sargento ucraniana describe los asedios de Rusia para romper los bastiones clave: los gritos son lo más positivo
“Lo más importante de alguien que grita es que está respirando”, afirmó.
La presión que viven los soldados ucranianos ante los ataques de los rusos la hacen ver como un “auténtico infierno”. A pesar de las bajas, las fuerzas rusas están avanzando con diferentes oleadas de infantería y asaltos blindados las posiciones ucranianas en la región oriental de Donetsk, una de las más codiciadas por el presidente ruso Vladimir Putin.
El coronel Vladyslav Seleznyov, antiguo jefe de prensa de las Fuerzas Armadas de Ucrania, vaticinó que su país no tardaría en perder la ciudad de Vuhledar, su bastón sureño en la mencionada región, mientras que los soldados ucranianos, de acuerdo a New York Times, también hablan de riesgos a ser rodeados en Chasiv Yar, en el norte.
El tiempo corre en contra de los rusos, de acuerdo al citado medio, puesto que la entrada del otoño puede despojarles del follaje que emplean para ocultarse de las cámaras enemigas. A esto se suman las lluvias, que pueden hacer que ciertas partes de este territorio, concretamente las más fértiles, se conviertan en un pantano difícil de atravesar.
Atención médica a los soldados heridos
Según dicho medio, la intensidad de la lucha entre las fuerzas ucranianas y rusas se aprecia en las bajas y la afluencia constante de soldados heridos. En 24 horas, se contabilizaron 70 soldados atendidos por pequeños equipos de médicos.
La sargento ucraniana, Valeria, médico de combate desde hace 23 años, hizo alusión a las numerosas lesiones de los combatientes, que van desde graves heridas en la cabeza hasta quemaduras en más de una quinta parte de su cuerpo. En esa lucha, a priori, Valeria señaló que los gritos de dolor de un soldado al frente de la defensa del bastión tras ser herido es una señal positiva.
“Lo más importante de alguien que grita es que está respirando”, afirmó con rotundidad al citado diario americano.