Un pequeño país desafía a China en aguas "sagradas"

Un pequeño país desafía a China en aguas "sagradas"

Sus movimientos por encontrar petróleo en este mar han provocado el despliegue de la guardia costera de Pekín como primer aviso.

Un grupo de barcos navega cerca de la costa de Hong Kong, en el mar de China.Feifei Cui-Paoluzzo

La tensión aumenta por momentos en el mar de China, unas aguas "sagradas" para Pekín. Malasia, un país con poco más de 30 millones de habitantes y físicamente pequeño está retando a China, con 1.400 millones de habitantes y el segundo ejército más poderoso del mundo.

Según publica el diario El Economista, Malasia explora estas aguas con la expectativa de encontrar grandes cantidades de crudo y gas. El movimiento ha desencadenado una protesta oficial del Gobierno de China y el despliegue de la guardia costera de Pekín como primer aviso.

Además, una serie de intereses geopolíticos, geográficos y económicos hacen que la zona esté marcada históricamente por el conflicto. 

Este mar, que pertenece al Océano Pacífico, se extiende desde Singapur hasta el estrecho de Taiwán. Además, baña las costas de varios estados: China, Taiwán, Filipinas, Malasia, Brunéi, Indonesia y Vietnam; todos con intereses económicos y geopolíticos en sus aguas. 

Más allá de que varios de estos países presentan ya de por sí cierta enemistad por diferentes motivos (políticos, geopolíticos, económicos), el conflicto del mar de China es una batalla que ninguno de ellos quiere perder.

Un conflicto petrolero extendido

A comienzos de septiembre, China hizo público un mapa oficial en el que mostró "su territorio" en la región. Esto hizo saltar las alarmas de todos sus vecinos como Vietnam, Brunéi, Filipinas y sobre todo Malasia. Aun así, el país que reaccionó con más virulencia fue India, cuyo portavoz de exteriores Arindam Bagchi respondió que "este anuncio solo complica la cuestión fronteriza". 

Malasia se refirió oficialmente al tema en un comunicado alegando que se trata de una "declaración unilateral que no es vinculante". Posteriormente, todos sus vecinos siguieron su ejemplo.

A los pocos días, el gigante asiático lanzó una nueva amenaza. Esta vez sobre Kuala Lumpur, ordenándoles detener todos los proyectos petroleros que se están poniendo en marcha en este mar. 

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"La parte china, nuevamente, insta a Malasia a respetar nuestra soberanía territorial y nuestros intereses y detener inmediatamente estas actividades", defendió entonces el Ministerio de Asuntos Exteriores chino en un comunicado.