Un experto desvela el tiempo que tardaría la OTAN en reaccionar a un ataque de Rusia
Los planes de despliegue de la Alianza, desvelados por 'The Telegraph', necesitan su tiempo, pero la maquinaria está engrasada.
Si Rusia lanza un ataque sorpresa contra países de la OTAN, algo con lo que amenaza de palabra un día sí y otro también, el tiempo necesario para movilizar fuerzas aliadas será decisivo para salir con bien del conflicto. El profesor Tormod Heier, de la Escuela de Estado Mayor de la Escuela Superior de Defensa de Noruega, ha analizado el posible escenario y sus conclusiones están entreveradas de esperanza y preocupación.
En una entrevista con el digital noruego ABC Nyheter, el experto expone que "la capacidad de reacción de muchas de las fuerzas registradas en la OTAN es probablemente información clasificada", pero se sabe que "ya encuentran en los países bálticos" y esos uniformados, por ejemplo, "podrán reaccionar con 15 minutos de antelación", sobre todo en el caso de las fuerzas aéreas. "Las fuerzas terrestres, naturalmente, pasan a actuar en unas pocas horas o días, mientras que las fuerzas navales se encuentran en su mayoría en alerta máxima en las aguas donde patrullan", además, por más que sus movimientos puedan ser más lentos.
"El tiempo de alerta hoy es cero", avisa, "porque hay muchos tipos de ciberataques y misiles hipersónicos que pueden alcanzar objetivos de alto valor en muy poco tiempo". Según su conocimiento, "la OTAN tiene pequeñas fuerzas de reconocimiento que pueden establecerse en cinco días, con una fuerza de reacción mayor en 30 días. Cuanto mayor sea la fuerza que se establezca, más tiempo llevará, a menudo hasta 180 días", afina.
A principios de esta semana, el diario británico The Telegraph informó sobre los planes de la OTAN para la transferencia de tropas en caso de que fuera necesario enfrentar un ejército invasor ruso. Estos planes, que se actualizan continuamente, incluyen varios corredores terrestres donde los vehículos militares y blindados -estadounidenses, sobre todo, pero también de Reino Unido o Alemania- pueden trasladarse rápidamente más cerca de la línea del frente en caso de una confrontación militar con Rusia, Ucrania aparte.
Según fuentes del periódico, el plan actual consiste en el desembarco de fuerzas estadounidenses en puertos holandeses antes de ser trasladadas en tren a través de Alemania hasta Polonia. En caso de que los ataques rusos destruyan los puertos del norte de Europa, la OTAN tiene planes alternativos para la transferencia de tropas a través de los puertos del sur de Italia, Grecia y Turquía. Todo cubierto.
También existen ya planes concretos para transportar tropas estadounidenses desde Italia a través de Eslovenia y Croacia a Hungría, así como desde puertos turcos y griegos a través de Bulgaria y Rumania, los Balcanes. La región nórdica también está incluida en la preparación de la OTAN para la guerra e implica movimientos de tropas de las fuerzas aliadas a través de Noruega, Suecia y Finlandia. Todo esto está en constante estado de coordinación entre los aliados, indica el diario.
El analista noruego explica que la OTAN trabaja en ello desde hace tiempo. "Durante muchos años, la Alianza ha desarrollado planes en los que las estrategias de defensa de los miembros de Europa del Este se coordinan con planes generales de preparación y refuerzo en toda Europa". Por ejemplo, se dividen en los cuarteles generales de la OTAN en Brunnsum y Bruselas, para ser más operativos, cita.
También, obviamente, trazan planes con países socios más lejanos pero tan poderosos como Estados Unidos, "para que el margen de acción de los miembros orientales de la OTAN no quede bloqueado si surge un desacuerdo paralizante entre los 32 miembros de la Alianza en Bruselas". Hay que tener "canales bilaterales de preparación y refuerzo directamente hacia Washington, en lugar de arriesgarse a semanas y meses de entrenamiento en la OTAN", dice el profesor.
No le sorprende que se hable abiertamente de esto en el sistema de la OTAN, aunque probablemente varios de los planes sean secretos. "Se trata igualmente de una importante sensibilización y clarificación que el público en general suele pasar por alto", valora. "Pero en silencio, bien cerrado detrás de las vallas y puertas del cuartel general militar, durante muchos años, desde la anexión de Crimea en 2014, se ha llevado a cabo un proceso de planificación muy detallado", ahonda.
A su juicio, es preciso aclarar cómo se pueden transferir grandes fuerzas estadounidenses a Europa y luego transportarlas al este del continente, hacia la frontera rusa, "para que se pueda establecer una contrafuerza creíble a la eventual amenaza rusa que se establecerá en la región".
Heier cree que lo que ahora ha salido a la luz es información que no es necesariamente top secret, sino lógica en función de cómo está estructurada la alianza de defensa. "No hace falta decir que cuando cientos de miles de soldados y miles de vehículos se desplacen a través de una Europa donde las naciones se adhieren a rutinas burocráticas distintivas para cruzar las fronteras y con diferentes vías ferroviarias y normas viales, habrá mucho de planificación. La apertura se ve con mayor frecuencia cuando se realizan ejercicios. Pero esto es sólo la punta del iceberg en comparación con los años anteriores de meticulosa planificación y coordinación entre varios países de la OTAN y varios ministerios y agencias dentro de cada país", expone.
No cree que la OTAN esté filtrando estos datos para despistar, apuesta por que es una "información creíble" y "demuestra que la OTAN se toma muy en serio sus tareas de defensa en Europa del Este". "Si la Alianza no hubiera hecho esto, la credibilidad militar se habría evaporado como el rocío ante el sol tan pronto como se produjo una crisis a lo largo de la frontera rusa", defiende.
Sobre el éxito de estos movimientos, reconoce que "dependerá de muchas cosas". "Estas rutas de transporte estratégicas son, naturalmente, objetivos de gran valor para las autoridades rusas en una crisis o guerra. Es razonable suponer que tanto el SVR como el GRU y las fuerzas de misiles han preparado ataques, sabotajes y piratería contra la infraestructura física y digital que permite un despliegue de fuerzas rápido, coordinado y decisivo desde el oeste hasta el este de Europa".
A más tardar el pasado mes de noviembre se encontraron "explosivos enterrados en Alemania, no lejos de las líneas de gas y de ferrocarril que conducen a una base de la OTAN". Por lo tanto, "una ruta de transporte segura requiere mucha protección y vigilancia aérea, lo que a su vez requerirá grandes fuerzas para asegurar y movilizar las fuerzas de emergencia y de refuerzo", concluye Heier.