Ucrania tropieza con una antigua arma de Estados Unidos y pilla a Rusia desprevenida
Una tecnología casi olvidada en los arsenales mundiales vuelve a escena en la guerra en Ucrania y pone en jaque a las defensas rusas en un ataque inesperado por Moscú.
Nueva incursión de Ucrania en la frontera de Rusia, pero esta ocasión no parece que haya sido otra operación más. Un informe con fecha del 1 de septiembre, filtrado en las redes sociales a través de canales de comunicación prorrusos y del que también se hace eco el diario Kiev Post, confirmaría la entrada de un equipo de las fuerzas especiales ucranianas en territorio ruso, en la región de Kursk, para completar una misión cuyo objetivo era una torre de comunicaciones clave para la defensa aérea rusa, ubicada cerca de las aldeas de Pravda y Martynovka, a unos ocho kilómetros al noreste de Sudzha.
Sin embargo, más allá de la exitosa operación del Ejército de Ucrania, provocando serios daños en el radar de comunicaciones ruso, después de dar en el blanco en dos de los tres disparos hechos con un arma y una tecnología casi olvidada en los arsenales militares de hoy en día y que ha sorprendido tanto a los analistas de guerra como a todos los expertos en armamento: un láser M712 Copperhead.
El regreso de un arma olvidada
El uso del Copperhead, desarrollado en los años 70 en Estados Unidos para enfrentarse al Ejército Soviético durante la Guerra Fría, se retiró del arsenal estadounidense en los 90 al considerarse una tecnología ya obsoleta. Un arma revolucionaria cuyo funcionamiento le puede recordar a muchos a una película de James Bond: el láser "pinta" un objetivo en el mapa y guía un misil de artillería hasta el punto indicado.
Aunque los Copperheads se discontinuaron en los 90 y se distribuyeron a países como Egipto, Jordania, Líbano o Taiwán, la entrega de los proyectiles a Ucrania, con un coste de entre 50.000 y 70.000 dólares por unidad, no se conocía hasta la filtración del informe.
Según el documento filtrado en canales de Telegram, este ataque en la región de Kursk fue posible gracias a que los comandos especiales de Ucrania cruzaron a pie la frontera rusa, cargando a cuestas con el equipo necesario hasta las cercanías del objetivo a "pintar", en esta ocasión, la torre de comunicaciones rusas. Desde una posición a solo 2,25 kilómetros del radar enemigo, con el apoyo de un sistema de designación láser Leonardo Type 163, una herramienta de alta precisión que ha empleado la OTAN, lograron un impacto exacto. La misión puede considerarse exitosa a pesar de que uno de los proyectiles falló por un problema en un sensor óptico.
Además del ataque con el Copperheads, el documento filtrado incluye descripciones de otras operaciones en territorio ruso, varias técnicas de evacuación de heridos y métodos de guerra electrónica, además de una amplia gama de estrategias de infiltración.
Además de la sorpresa táctica, el empleo de proyectiles obsoletos contra la ofensiva rusa representa una maniobra psicológica de alto impacto. Para Rusia, que desde agosto tiene que enfrentarse a intentos de incursiones ucranianas en la región de Kursk, estos ataques con armas consideradas obsoletas, ponen en evidencia la vulnerabilidad de sus defensas.