Ucrania prepara una sorpresa balística para Rusia que puede llegar sin problemas a Moscú

Ucrania prepara una sorpresa balística para Rusia que puede llegar sin problemas a Moscú

Se trata del misil Grom-2, con una ojiva que pesa hasta 500 kilos, un alcance de 700 kilómetros, una velocidad de crucero hipersónica y una baja detección por parte de los sistemas de defensa aérea.

Volodimir Zelenski, el pasado 25 de septiembre, en la sede de Naciones Unidas en Nueva York (EEUU).Leon Neal / Getty Images

En medio de la incertidumbre sobre el futuro del apoyo de los aliados, Ucrania busca inversión y cooperación internacional para ampliar su producción nacional de defensa, con uno de cada dos proyectiles disparados en el frente producidos en el país y la expectativa de ensamblar hasta 1,5 millones de drones hasta finales de año.

Casi 300 empresas de defensa de Ucrania y otros 30 países asistieron en Kiev al Segundo Foro de Industrias de Defensa, en el que la cooperación entre ellas se convirtió en un tema clave. La producción nacional de defensa de Ucrania ha aumentado significativamente desde el comienzo de la invasión rusa a gran escala, destacó este miércoles el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la reunión con los representantes de algunas empresas líderes mundiales.

El mandatario, además, ha dejado claro que las compañías armamentistas locales ucranianas están preparando una verdadera sorpresa para el ejército ruso. El agresor vivirá de primera mano el ataque de miles de drones y misiles balísticos, dijo en la misma comparecencia. 

Reveló que su Ejército ya tiene a su disposición "armas nuevas y poderosas". Actualmente, cientos de empresas nacionales, incluidas empresas de armamento, están trabajando en su desarrollo e implementación en el ejército. El presidente de Ucrania anunció que pronto los operadores ucranianos de drones tendrán hasta 11.000 drones para usar en el campo de batalla todos los días. Esto significa que la producción anual de drones será de al menos cuatro millones de unidades, afina el diario polaco Interia

Pero eso no es todo. Lo más interesante de la sorpresa para los rusos será el inminente despliegue del primer misil balístico capaz de alcanzar objetivos en la capital rusa. Se trata de los Grom-2. A principios de este año, Serhiy Baranov, jefe de la Dirección General de Misiles, Artillería y Sistemas No Tripulados de la Guardia Fronteriza de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en una conversación con un periodista del sitio web Kyiv Not Kiev, mencionó el progreso de la industria en la producción nacional del misil balístico Grom-2/Sapsan.

Ese misil está basado en el misil de crucero antibuque R-360 Neptun. Los misiles se disparan desde una plataforma de misiles móvil. Sus capacidades se parecen a los nuevos misiles ATACMS estadounidenses y a los misiles Iskander rusos. El alcance de esta arma se ha incrementado y ahora es de hasta 700 kilómetros.

"Podemos esperar que Ucrania utilice el poder de esta arma durante la temporada de otoño o invierno. Estamos hablando de una ojiva que pesa hasta 500 kilos, un alcance de 700 kilómetros, una velocidad de crucero hipersónica y una baja detección por parte de los sistemas de defensa aérea. Esta arma puede destruir grandes edificios sin problemas", dice el citado medio.

La tecnología de misiles balísticos Grom-2 se desarrolló inicialmente en Ucrania ya en 2006, pero las actividades se aceleraron debido a la agresión a gran escala de Rusia contra este país en 2022. Las autoridades de Arabia Saudita participaron financieramente en el trabajo. Desafortunadamente, justo antes de la guerra, el trabajo se paralizó debido a la falta de fondos para realizar más pruebas. Todo indica que el ejército recibió el apoyo que necesitaba y ahora esta arma ha alcanzado su capacidad operativa.

"Es imposible no mencionar que los expertos de ISW incluso afirman que Vladimir Putin decidió invadir Ucrania principalmente debido a los trabajos en el misil balístico Grom-2", dice el diario. 

Se suponía que esto sucedería debido a la posibilidad de llevar a cabo ataques contra Moscú. Además, los rusos temían que los ucranianos colocaran materiales radiactivos obtenidos de reactores nucleares en la ojiva del misil. Se trataba de construir la llamada "bomba sucia".