Ucrania intenta irrumpir en el territorio ruso por una segunda vía, hacia Bélgorod
Desde el 6 de agosto, las tropas de Kiev están presentes en suelo de su adversario, en la zona de Kursk, donde han tomado ya 1.250 kilómetros cuadrados.
Las fuerzas ucranianas están intentando irrumpir en el territorio ruso de Bélgorod, según ha informado el gobernador de esa región, Vyacheslav Gladkov. "El enemigo está intentando atravesar la frontera de la región de Bélgorod. Según el Ministerio de Defensa ruso, la situación en la frontera sigue siendo difícil, pero está bajo control", dijo Gladkov en su canal oficial de Telegram, donde añadió que el Ejército de Rusia "está llevando a cabo el trabajo planificado".
"Hay información de que el enemigo intenta irrumpir a través de la frontera a la región de Bélgorod. Según el Ministerio de Defensa, la situación sigue siendo tensa, pero está bajo control", escribió Gladkov en su cuenta de Telegram. El político agregó que a lo largo de la jornada de ayer, Kiev lanzó contra Bélgorod un total de 23 drones y más de 70 proyectiles.
Según el canal de Telegram Shot, un destacamento ucraniano formado por 60 soldados intentó cruzar la frontera de Bélgorod en ocho blindados. Otro canal, Mash, cifró en 200 a los militares enemigos que trataron de incursionar en territorio ruso colindante con la región de Kursk, donde las fuerzas de Kiev entraron el pasado 6 de agosto. El gobernador de Bélgorod anunció ayer que en vista de los peligros existentes, las autoridades planeaban "el cierre total" del acceso a tres localidades más de esa región.
Desde el inicio de la ofensiva ucraniana contra Kursk, también las regiones de Briansk y Bélgorod declararon el régimen de operación antiterrorista y comenzaron a evacuar algunas localidades próximas a la zona de combates.
En esa zona, en Kursk, entraron las tropas ucranianas el 6 de agosto y han conseguido hacerse ya con el control de un centenar de municipios, hasta 1.250 kilómetros cuadrados. Abrir un segundo frente, aunque no hayan entrado aún, supone una demostración de poderío de Kiev, que descoloca de nuevo a Moscú y le obliga a desviar manos y medios a este agujero, justo cuando más estaba avanzando en el este, en la zona de Donetsk.
Precisamente por la presión en Kursk, ya hace días que se estaba evacuando a parte de los civiles de la zona de Belgorod más cercana a la frontera, por si se llega a producir una invasión. La zona es valiosa por un potente aeródromo que, de caer en manos ucranianas, puede suponer un duro golpe para Rusia.
Nuevo día de asedio
En paralelo, Rusia lanzó en las primeras horas de este martes una nueva embestida con misiles y drones contra Ucrania, por segundo día consecutivo tras el ataque masivo del lunes.
Todo el país está ahora bajo la amenaza de un ataque con armas balísticas, advierten las fuerzas de defensa aérea de Ucrania. Los sistemas de defensa aérea emitieron alertas de ataque este martes después de detectar que aviones rusos lanzaban misiles hipersónicos. También se ha informado del lanzamiento de ataques con drones.
El día anterior, decenas de misiles y drones rusos mataron a cuatro personas, hirieron a más de una docena y dañaron instalaciones energéticas en unos ataques que el presidente Zelenski describió como "viles".
Los últimos ataques de Moscú se perciben como un esfuerzo por recuperar el mando del conflicto tras las recientes ganancias territoriales de Ucrania en la región rusa de Kursk.
El bombardeo de más de 100 misiles y un número similar de drones comenzó alrededor de la medianoche del lunes para el martes y continuó hasta el amanecer, en lo que pareció ser el mayor ataque de Rusia en semanas.
La fuerza aérea de Ucrania dijo que los enjambres de drones rusos que dispararon contra las regiones del este, norte, sur y centro del país fueron seguidos por salvas de misiles balísticos y de crucero.
"Como la mayoría de los ataques rusos anteriores, este fue igual de vil, y tuvo como objetivo infraestructuras civiles críticas", dijo Zelenski, quien agregó que la mayor parte del país fue atacada, desde la región de Járkov y Kiev hasta Odesa y el oeste.
Cortes de suministros en la capital y otras regiones
En la capital, Kiev, el lunes se escucharon explosiones. El alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, informó de que el ataque provocó cortes de electricidad y agua.
El primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, indicó también el lunes que Rusia disparó drones, misiles de crucero y misiles balísticos hipersónicos Kinzhal contra un total de 15 regiones de Ucrania, más de la mitad del país.
"La infraestructura energética se ha convertido una vez más en el objetivo de los terroristas rusos", dijo Shmyhal, y agregó que el operador de la red eléctrica estatal, Ukrenergo, se ha visto obligado a implementar cortes de energía de emergencia para estabilizar el sistema.
Shmyhal instó a los aliados de Ucrania a proporcionarle armas de largo alcance y permiso para usarlas contra objetivos dentro de Rusia. "Para detener el bombardeo bárbaro de las ciudades ucranianas, es necesario destruir el lugar desde el que se lanzan los misiles rusos", dijo Shmyhal. "Contamos con el apoyo de nuestros aliados y definitivamente haremos que Rusia pague".
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó de "indignante" el ataque ruso a la infraestructura energética y dijo que había "reordenado las prioridades de las exportaciones de defensa aérea de Estados Unidos para que se envíen primero a Ucrania".
También dijo que Estados Unidos estaba "aumentando el envío de equipos energéticos a Ucrania para reparar sus sistemas y fortalecer la resiliencia de la red energética" del país.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que en los ataques se utilizaron "armas aéreas y marítimas de precisión de largo alcance y drones de ataque contra instalaciones de infraestructura energética críticas que respaldan el funcionamiento del complejo militar-industrial de Ucrania. Todos los objetivos designados fueron alcanzados".
Al menos cuatro personas murieron en los ataques del lunes: una en la ciudad occidental de Lutsk, otra en la región central de Dnipropetrovsk, una en Zhytomyr en el centro del país y una en la región parcialmente ocupada de Zaporiyia en el sureste, según las autoridades locales.
Otras trece resultaron heridas: una en la región de Kiev que rodea la capital, cinco en Lutsk, tres en la región meridional de Mykolaiv y cuatro en la vecina región de Odesa.
Se reportaron apagones y daños a la infraestructura civil y a los edificios residenciales en la región de Sumy en el este, en las regiones de Mykolaiv y Odesa en el sur y en la región de Rivne en el oeste.
En Sumy, una provincia del este que limita con Rusia, la Administración local dijo que 194 asentamientos se quedaron sin electricidad, mientras que otros 19 sufrieron un apagón parcial.
La empresa energética privada DTEK introdujo apagones de emergencia y dijo que "los trabajadores de la energía de todo el país trabajan las 24 horas del día, los 7 días de la semana para restablecer la luz en los hogares de los ucranianos".
A raíz del bombardeo y los cortes de electricidad, se ordenó a los funcionarios de toda Ucrania que abrieran "puntos de invencibilidad", lugares tipo refugio donde la gente puede cargar sus teléfonos y otros dispositivos y obtener refrigerios durante los apagones, según Shmyhal. Estos puntos se abrieron por primera vez en el otoño de 2022, cuando Rusia atacó la infraestructura energética de Ucrania con bombardeos semanales.