Ucrania evacúa Bajmut ante la lucha sin cuartel de Rusia para avanzar en Donetsk
Moscú aprieta el paso con oleadas de infantería y logra avances mínimos a costa de sacrificar centenares de soldados diarios, muchos de ellos reclutas.
La capacidad humana de adaptarse a cualquier situación ha "sorprendido" a la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, después de confirmar que alrededor de 6.000 civiles viven aún en las ruinas de Bajmut, donde se lucha por cada casa y cada metro. El Ejecutivo de Kiev no ha perdido el tiempo y ha lanzado su mensaje claro: "Deben evacuar inmediatamente". Rusia ha redoblado en los últimos días su ofensiva, con ataques de artillería y oleadas de infantería en una espiral sangrienta que no hace más que descender hacia los infiernos de la guerra.
Bajmut es un punto estratégico provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, ya que es la llave que abre el camino hacia Sloviansk y Kramatorsk, las dos grandes poblaciones de la región que sigue bajo el control de Kiev. En la actualidad, es en esta zona donde se concentran los principales combates.
Sin embargo, por el momento el empuje ruso no está dando los resultados deseados por Moscú. La situación rusa en el frente se ha llegado a comparar con la Primera Guerra Mundial, cuando las potencias combatientes lanzaban ofensivas masivas de infantería que apenas lograban ganar unos metros pero que conllevaban un coste en vidas delirante.
Hasta 200.000 bajas rusas en un año
La inteligencia británica ha calculado que desde que empezó el conflicto, entre 40.000 y 50.000 militares rusos han muerto en la "Operación Militar Especial", como llamó el líder ruso, Vladimir Putin, a la acción de invadir al país vecinos a lo largo de toda la frontera por tierra mar y aire. La cifra ascendería a entre 175.000 y 200.000 si se tienen en cuenta a los heridos.
Las cifras de muertos habrían aumentado "significativamente", según los británicos, desde septiembre de 2022, cuando el Kremlin ordenó la movilización parcial de sus ciudadanos para acudir a la guerra, que desembocó en el reclutamiento de 300.000 civiles. Desde entonces se han multiplicado las denuncias de familiares de los llamados a filas y de los propios reclutas, que habrían sido enviados al frente mal equipados y con un entrenamiento deficiente.
Ucrania, por su parte, eleva la cifra de invasores abatidos hasta los 140.000, algo que ha sido puesto en duda en numerosas ocasiones. Los números de la muerte también forman parte de la propaganda bélica. Los únicos que no dan balances periódicos de pérdidas son las autoridades rusas, que guardan un silencio sepulcral a este respecto.
Bajmut, la "picadora de carne"
La localidad ucraniana convertida en el epicentro de la contienda, Bajmut, que antes de la guerra tenía una población similar a la de la ciudad de Palencia, 77.000 habitantes, ha sido bautizada como una "picadora de carne". Centenares de soldados de ambos bandos mueren cada día en sus restos, según han informado los soldados ucranianos en un reportaje publicado este viernes en el diario El País. Un soldado ruso declaró que "la ofensiva rusa consiste en enviar más y más soldados a morir"
Los combates se concentran también en las localidades de Vuledar y Mariinka. Según los testimonios recogidos por dicho rotativo sobre el terreno, los militares ucranianos no observan ningún tipo de táctica en el avance ruso, que se basa en enviar pelotones de infantería de hasta 40 integrantes directamente contra sus posiciones.
Sin embargo, las tropas de Kiev acusan cada vez más la falta de armas, ya que con lo que tienen, apenas pueden resistir, pero no devolver el golpe. En una entrevista a la BBC, el presidente ucraniano, Voldímir Zelensky, solicitó la entrega de "armas modernas" que puedan "acelerar" el camino hacia la paz, unas declaraciones recogidas por la Agencia EFE.
Se espera que para las primeras semanas de la primavera lleguen los primeros tanques occidentales a Ucrania, que hasta el momento se arregla con modelos más antiguos. Se espera que cuando las orugas de los Leopard alemanes, Abrams estadounidenses y Challengers británicos circulen por Ucrania, las tornas puedan cambiar y la iniciativa se incline a favor de los defensores.
Esta demanda de carros de combate ha quedado satisfecha tras meses de súplicas. El siguiente objetivo de Zelensky y los suyos es conseguir que Occidente les envíe cazas de combate F-16, sensiblemente más modernos que la flota soviética con la que cuenta la fuerza aérea ucraniana. Por el momento, la petición no pasa de estar en estudio por parte de los solicitados.
¿La ofensiva rusa de primavera era esto?
Ante la intensidad de los ataques rusos, distintas voces, algunas tras las líneas del frente, apuntan a que la ofensiva rusa que se esperaba para primavera pueda ser en realidad lo que se ve en estos días.
Algunos de ellos, como Ígor Guirkin, uno de los líderes de la sublevación armada prorrusa en el este de Ucrania en 2014, aseguró hace unos días a través de Telegram que Rusia no cuenta con la capacidad para una ofensiva a gran escala. Los de Putin solo pueden aspirar, según sus palabras citadas por EFE, a concentrar tropas para golpear un solo punto a costa de un gran número de vidas y recursos. Un análisis que coincide en buena medida con el desarrollo de los acontecimientos en Bajmut y sus alrededores.
Las opciones de Ucrania pasan son múltiples, aunque dependen del armamento que reciban. Los expertos han barajado dos escenarios posibles, avanzar desde Zaporiya hacia Melitópol y Mariúpol para cortar en dos el territorio que controla Rusia, y por tanto también su línea de suministros desde Crimea. O cruzar el Dniépr desde Jersón y avanzar desde allí hacia la península del Mar Negro.
Se dé o no ese escenario, el único vaticinio que parece acertar es el que ha hecho este viernes el canciller Olaf Scholz: "La guerra va a durar medio año o un año más". A la luz de cómo se mueve el frente y las posiciones, parece un cálculo optimista. Demasiado, aunque como en todo: ojalá y quién sabe.