Torturas y 11 meses de aislamiento: entrevista inédita del opositor de Putin tras su liberación
Vladímir Kara-Murza ha formado parte del mayor intercambio de presos entre EEUU y Rusia desde la Guerra Fría.
El mes de agosto se inició con un hito histórico, el mayor intercambio de presos entre EEUU y Rusia desde la Guerra Fría. Uno de los liberados fue uno de los principales críticos de Putin, el opositor Vladímir Kara-Murza.
Ahora, en una entrevista exclusiva con la CNN, el político ruso ha narrado todo lo que ha sufrido durante su encarcelamiento. “Hace apenas dos semanas, todavía estaba sentado en mi celda de aislamiento en una colonia penitenciaria de régimen severo en Siberia y estaba seguro de que iba a terminar mi vida en la prisión”, ha expresado.
“Y ahora estoy sentado con ustedes en un estudio en Nueva York, junto a mi esposa… Me siento como si estuviera viendo una especie de película, es una película muy buena, pero aun así lo siento como algo surrealista”, ha añadido Kara-Murza.
El opositor ruso fue condenado a 25 años de prisión por traición tras posicionarse públicamente en contra de la guerra iniciada por Vladímir Putin en territorio ucraniano. En consecuencia, ha pasado casi dos años y medio encarcelado en Rusia.
Durante ese tiempo, el político ha estado recluido en régimen de aislamiento durante 11 meses (lo que fue para él una auténtica tortura psicológica al no poder relacionarse con nadie) y ha sido encerrado en 13 centros penitenciarios diferentes, incluidos algunos de los más duros de Rusia.
“Cada día es como el Día de la Marmota. No tiene sentido, es interminable y es exactamente lo mismo”, ha lamentado Vladímir Kara-Murza. “Cuando no tienes absolutamente a nadie con quien intercambiar una sola palabra, realmente empieza a molestarte”, ha recordado.
“Estuve absolutamente seguro de que me ejecutarían”
La noche en la que sacaron a Kara-Murza de la cárcel siberiana de Omsk, le pidieron que “se levantara, se vistiera y se preparara”. En ese momento, subraya el opositor, “estuve absolutamente seguro de que me dejarían salir y me ejecutarían”.
Sin embargo, el político fue llevado al aeropuerto para ser trasladado a la cárcel Lefortovo de Moscú. Una vez allí, le hicieron subirse a un autobús en el patio de la prisión: “Fue en el último momento, cuando vi a mis amigos y colegas en ese autobús… cuando supe lo que estaba sucediendo”, ha explicado.