Siria retoma la actividad una semana después de la caída del régimen de Al Assad

Siria retoma la actividad una semana después de la caída del régimen de Al Assad

Una semana después de su huida a Rusia, donde encontró refugio, aún no ha habido noticia suya. Mientras tanto, los colegios y universidades reanudan su actividad, al igual que hará el aeropuerto de Damasco. 

Siria antes de la guerra. El patio principal de la iglesia de al-Shibani, uno de los edificios emblemáticos de la antigua ciudad de AleppoGetty Images/iStockphoto

Una semana después de la caída del régimen de Al Assad, los colegios de primaria y secundaria, así como las universidades, reanudaron este domingo sus clases en todas las provincias de Siria. La televisión siria controlada por el nuevo Gobierno de transición informó de que el Ministerio de Educación Superior e Investigación Científica ordenó la formación de comités temporales para gestionar las universidades. 

En ese sentido, ya han sido anunciados por dicho ministerio los integrantes de las comisiones para las universidades de Damasco, Alepo y Latakia. Además de los centros educativos, reanudaron sus actividades este domingo instituciones públicas y privadas.

Según el canal, los bancos comerciales han vuelto a funcionar y han comenzado a hacer inventario para reponer fondos en sus cajeros automáticos con el fin de que vuelvan a entrar en servicio. Durante los últimos días, las nuevas autoridades sirias han designado a un nuevo primer ministro, Mohamed al Bashir, y están intentando que se recupere la normalidad lo antes posible tras el derrocamiento hace una semana de Al Asad.

El aeropuerto de Damasco empezará a retomar su actividad a partir del próximo miércoles

El aeropuerto internacional de Damasco, por su parte, comenzará a retomar sus operaciones el próximo miércoles, tras haber quedado paralizadas en la última semana después de la caída del régimen de Bachar al Asad. Así lo señaló la televisión siria controlada por el nuevo Gobierno de transición, que citó a "fuentes especiales", que no identificó.

Según el canal, en una primera fase se van a llevar a cabo vuelos nacionales a modo de experimento para garantizar que el aeropuerto puede reanudar su actividad plenamente. Por otro lado, la cadena dijo que el puerto de Tartús, a orillas del Mediterráneo, retomará sus trabajos mañana, lunes. La provincia de Tartús era uno de los antiguos bastiones del régimen de Bachar al Asad, limita al sur con el Líbano y al norte con Latakia.

Sin noticias de Al Assad

El depuesto presidente sirio, Bachar al Asad, encontró refugio hace una semana en Rusia. Desde entonces, no ha habido ninguna noticia sobre su estado y el de su familia, aunque Moscú mantuvo el mismo secretismo en el caso de otros mandatarios a los que concedió asilo. Una palabra de más puede poner en peligro el futuro de sus bases militares en el país árabe, por lo que los altos funcionarios rusos también se han abstenido de criticar abiertamente a los grandes beneficiados de la caída del régimen: Turquía, Israel y EEUU.

Diplomáticos sirios e iraníes han confirmado que la familia del derrocado dictador se encuentra en Rusia, por lo que no ha duda sobre su paradero. Pero tampoco aportaron más detalles. El hijo mayor de los Asad, Hafez, terminó el doctorado en una universidad de la capital rusa, donde la familia habría comprado, según medios locales, varios lujosos apartamentos en la conocida como Moscow City, que alberga algunos de los rascacielos más altos de Europa.

La propaganda rusa demostró claramente el cambio de tendencia en relación a Al Asad. En pocos días los medios pasaron de tachar de "terroristas" a los rebeldes del Organismo de la Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS, en árabe) a llamarlos puramente y llanamente "oposición armada", con la que Moscú ya ha entrado en contacto, según conformó el jueves Exteriores. Todo con tal de no poner en evidencia al ejército ruso, incapaz de combatir en dos frentes al mismo tiempo y enfangado en su actual ofensiva en el Donbás.

Asad se ha convertido en un personaje incómodo para Rusia, ya que, al igual que ocurrió en el caso de los depuestos dirigentes de Irak, Libia y Ucrania, el Kremlin no quiere que cunda la impresión de que su régimen autoritario también tiene los pies de barro. 

Sea como sea, la numerosa comunidad siria en Rusia ha hecho borrón y cuenta nueva. La embajada en Moscú arrió el mismo lunes la bandera nacional e izó la enseña de la oposición. En sus alrededores se concentraron esta semana grupos de sirios para mostrar su apoyo a las nuevas autoridades de Damasco. "La vergonzosa y humillante fuga bajo el amparo de la noche y sin ningún sentido de la responsabilidad nacional del jefe del sistema confirma la necesidad de un cambio y despierta la esperanza de un futuro mejor", comentó Bashar Jaafari, embajador sirio en Rusia y antiguo representante ante la ONU (2006-2020).

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