Servir el pan en rebanadas estuvo prohibido en este país durante tres meses

Servir el pan en rebanadas estuvo prohibido en este país durante tres meses

El clamor de los consumidores y el sector frenó la medida en plena época de escasez por la Segunda Guerra Mundia. 

Rebanadas de pan de molde en una imagen de archivo.Getty Images

En plena Segunda Guerra Mundial Estados Unidos tuvo que apretarse el cinturón, y encaró un reto que casi provoca una verdadera crisis social: la prohibición del pan de molde. Pero las familias, lideradas por las amas de casa, no estaban dispuestas a pasar por el aro.

El secretario de Agricultura Claude R. Wickard, al frente de la Administración de Alimentos de Guerra, declaró oficialmente ilegal la venta de pan rebanado -el conocido como pan de molde en España y sliced bread en Estados Unidos- en enero de 1943. Esta medida no pretendía recortar la venta del propio pan, sino de ahorrar en materiales de producción y fabricación.

El objetivo, según explica el portal Directo al Paladar, era ahorrar en papel encerado y otros envoltorios que exigía el pan de molde precortado, así como en costes de maquinaria, particularmente de acero alelado. Pero el país no estaba dispuesto a renunciar a su amado producto, alimento básico de desayunos, almuerzos, recreos, meriendas y picoteos entrehoras.

Puede parecer una nimiedad, pero ese pan tierno, rectangular y, originalmente, de miga blanca y neutra, marcó para siempre la sociedad estadounidense desde que empezó a fabricarse de forma industrial, envasado y precortado en 1928. En apenas cinco años, este ya suponía el 80% del pan que se compraba en Estados Unidos. Y también conquistaría Europa, aunque con otros matices.

Muestra de esto fueron las cientos de cartas de amas de casa indignadas que recibieron los periódicos cuando se prohibió durante la guerra. "Me gustaría hacerle saber lo importante que es el pan de molde para la moral y la cordura de un hogar", relató Sue Forrester, de Fairfield (Connecticut), al periódico The New York Times. Era imposible para ella cortar a mano rebanadas idénticas que no causaran conflicto cada mañana, teniendo que lidiar con las comidas de su marido y cuatro hijos.

Los cinco miembros de su familia exigían el consumo de cinco tostadas y dos sándwiches diarios por cabeza, lo que sumaban unas 25 rebanadas, sin contar las de la mujer. Y tenía que tenerlas listas cada mañana, antes de la jornada laboral y escolar, sumando así trabajo extra al resto de los quehaceres cotidianos que en esa época recaían exclusivamente en las mujeres. 

Mientras, en Nueva York se intentaron apaciguar las aguas permitiendo que las panaderías que ya tuvieran una máquina rebanadora la siguieran usando. Pero la medida del alcalde LaGuardia se le volvió en contra, ya que generó un gran conflicto en el sector y dio lugar a la picaresca con actividades ilegales.

Titania
Titania
Santander

La tensión social llegó a tal punto que el 8 de marzo del mismo año se levantó la prohibición en todo el país. En un momento de gran escasez, el secretario de Agricultura nunca reconoció las airadas reacciones de los consumidores y el sector panadero y se limitó a declarar que la medida no estaba dando los resultados previstos, no se ahorraba tanto y al final sí que había suficiente material para embolsar el pan.