Rusia utiliza su "flota en la sombra" para realizar actividades de espionaje
Está formada por barcos rusos de gran antigüedad y propiedad anónima para transportar petróleo y con los que Moscú busca saltarse las sanciones.
El Ejército de Suecia ha acusado al Gobierno de Rusia de realizar actividades de espionaje mediante el uso de su denominada "flota en la sombra", formada por barcos rusos de gran antigüedad y propiedad anónima para transportar petróleo y con los que Moscú busca saltarse las sanciones impuestas en su contra a nivel internacional.
Así se ha pronunciado la comandante de la Armada sueca, la almirante Eva Skoog Haslum, en declaraciones a la cadena sueca de televisión SVT, donde ha confirmado que las fuerzas suecas están supervisando los movimientos de estos petroleros vinculados a Rusia y que transportan a diario miles de toneladas de crudo a través del mar Báltico.
Haslum ha indicado que el Ejército ha recibido indicios de que algunos de esos barcos están siendo utilizados para labores de reconocimiento de radio e interceptación de comunicaciones. "Hemos encontrado antenas que no pertenecen, por ejemplo, a buques pesqueros, por lo que queda claro que estos movimientos deben buscar muchas veces otros objetivos más allá de los aparentes", ha explicado.
En este sentido, ha señalado que este tipo de "trucos" ponen en peligro a la comunidad internacional y suponen un problema "tanto a nivel de seguridad como de medio ambiente", si bien no ha descartado que algunos de estos barcos sean utilizados en el marco de "operaciones híbridas" que podrían llevarlos a puertos suecos con la excusa del repostaje o el mantenimiento.
No obstante, ha asegurado que las autoridades suecas cuentan con un "plan de acción" en caso de que el objetivo de estos atracos en puertos suecos impliquen "trabajos de demolición" de estos barcos.
El ministro de Exteriores de Suecia, Tobias Billstrom, ha confirmado que existe un "amplio consenso" en el seno de la Unión Europea de que la "flota en la sombra" de Rusia supone un "problema". Así, se ha sumado a Haslum, que ha tildado la situación marítima en la zona del Báltico de "tensa y extremadamente frágil".