Rusia sufre una fuga de soldados
Moscú endurece los castigos por deserción e insubordinación con penas de hasta 15 años de prisión.
Un movilizado ruso compró un certificado de defunción falso para no tener que regresar al frente, por lo que ha sido condenado a cinco años de cárcel por deserción. Este es uno de los más de tres mil casos de soldados o movilizados que abandonaron sus unidades militares y que están siendo tramitado los tribunales rusos, según el portal Mediazona.
El triste caso de este hombre, oriundo de la república siberiana de Buriatia, que regresó del frente hace un año y durante un permiso decidió no volver a Ucrania, según ha informado el portal Sibir.Realii.
Cuando los militares vinieron a su domicilio, su hijo entregó a los funcionarios el certificado de defunción, que después se demostró que era falso, según EFE.
La policía militar detuvo en mayo al falso difunto, que adujo que su esposa le había amenazado con suicidarse si volvía al frente.
El hombre ha explicado que él había sido movilizado dos meses después de la muerte de su hijo mayor en un accidente de tráfico, lo que había repercutido en el estado emocional de la familia.
Miles de buriatos fueron movilizados desde los primeros días de la conocida en este país como "operación militar especial".
Rusia endurece el castigo a los desertores
En septiembre la Justicia rusa endureció los castigos por deserción e insubordinación, delitos que pueden conllevar hasta 15 años de cárcel.
En septiembre del pasado año, el presidente ruso, Vladímir Putin, decretó la movilización parcial de 300.000 reservistas, aunque en ese decreto hay una cláusula secreta, por lo que la movilización nunca ha sido suspendida.
A pesar de que más de 400.000 hombres han firmado en los últimos meses contratos con el ejército ruso, las autoridades aseguran que los movilizados no regresarán del frente hasta que cesen las hostilidades.
Esto ha provocado las protestas de varios grupos de esposas y madres, aunque las autoridades les han prohibido manifestarse públicamente