Rusia usa una bomba barata devastadora
La estrategia rusa: transformar las ciudades ucranianas en ruinas para provocar el desplazamiento de la población civil.
a megatienda Epicenter en Járkov se convirtió en un escenario de devastación el 25 de mayo cuando una serie de bombas rusas, conocidas como "bombas de deslizamiento", redujeron el complejo comercial a cenizas en cuestión de segundos. Esta nueva generación de armamento, adaptada de bombas de la era soviética con componentes electrónicos modernos, está siendo utilizada con efectividad destructiva sin precedentes en el este de Ucrania.
Según los informes, la primera bomba creó una onda de choque que colapsó pasillos repletos de productos para el hogar hasta el techo, seguida por un segundo ataque que desató llamas que consumieron el edificio, dejándolo en ruinas. A pesar de que una tercera bomba no detonó, su hallazgo posterior podría ser crucial para desentrañar la cadena de suministro de estas armas mortales.
Oleksandr Lutsenko, gerente de la tienda, describió el ataque como un intento de Rusia de convertir Járkov en una "ciudad fantasma", destinada a desplazar a sus habitantes y eliminar cualquier infraestructura defendible. Esta táctica forma parte de una escalada de ataques que han afectado gravemente a ciudades como Avdiivka, Chasiv Yar y Vovchansk, utilizando una red cada vez más extensa de aeródromos justo al otro lado de la frontera.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy informó recientemente que Rusia está lanzando más de 3,000 de estas bombas cada mes, marcando un aumento significativo en la intensidad de los bombardeos. Aunque se han identificado múltiples bases aéreas rusas utilizadas para estos ataques, las restricciones en el uso de armamento por parte de Occidente han limitado la capacidad de Ucrania para responder de manera efectiva.
El impacto humano de estos bombardeos es desgarrador. En el epicentro del bombardeo en Járkov, 19 personas perdieron la vida, incluidos dos niños. A pesar de la destrucción, muchos residentes como Nina Korsunova se niegan a abandonar sus hogares, demostrando una resistencia y determinación inquebrantables frente a la adversidad.
Las bombas de deslizamiento, que pueden llevar hasta 3,000 kilogramos de explosivos y ser lanzadas a una distancia considerable, representan una amenaza constante y desafiante para Ucrania. A medida que la guerra continúa, la comunidad internacional observa con preocupación cómo estas armas están transformando paisajes urbanos en zonas de ruina y desolación.