Rusia es atropellada por sus propios tanques

Rusia es atropellada por sus propios tanques

El país produce menos tanques de los que Ucrania destruye.

A tank.George Ivanchenko/Anadolu via Getty Images

Rusia tiene un serio problema con sus tanques. Desde que comenzó a invadir Ucrania en 2022, el país presidido por Vladímir Putin ha perdido muchos de estos vehículos a gran velocidad, especialmente en los últimos meses. La plataforma de investigación Waspotting estima que perdió 333 tanques de batalla de marzo a mayo de 2024, más que en cualquier otro período de tres meses desde el otoño de 2022.

En total, el grupo de análisis Oryx calcula que 3.235 tanques de batalla rusos han sido destruidos, dañados o perdidos de otro modo. Y eso que sólo se tiene en cuenta la destrucción documentada mediante fotografías, con lo que la cifra de pérdidas rusas es "significativamente mayor".

Aun así, Moscú continúa enviando nuevas columnas de tanques a la batalla gracias a las enormes reservas que tienen desde la Guerra Fría, según explica Aleksandr Golts, analista del Centro de Estudios de Europa Oriental de Estocolmo, en The Economist. De hecho, el 85% de los 1.530 tanques enviados en diciembre de 2023 no eran nuevos, sino viejos, principalmente se trataba de T-72, T-62 o T-55 que databan de justo después de la Segunda Guerra Mundial.

Insuficiente capacidad para fabricar tanques

Pavel Luzin, un experto en capacidad militar rusa en el Centro para el Análisis de Políticas Europeas con sede en Washington, calcula que Rusia puede construir sólo 30 tanques nuevos al año, una cifra diminuta en comparación con la cantidad de vehículos que consigue destruir Ucrania.

Luzin detalla que la capacidad de Rusia para fabricar tanques se ve obstaculizada por la dificultad de conseguir componentes, ya que los almacenes donde estaban han sido saqueados. Asimismo, el país importaba de Europa equipos cruciales, como calentadores de combustible para motores diésel, sistemas eléctricos de alto voltaje y sistemas de imágenes térmicas infrarrojas para identificar objetivos. Sin embargo, su venta está ahora bloqueada por sanciones.

Reservas que podrían ser inservibles

Además de la problemática en al fabricación de tanques, Rusia también se enfrenta a que quizás no pueda usar los que tiene en reserva. Michael Gjerstad, analista del IISS, calcula que en febrero de este año Rusia podría haber tenido alrededor de 3.200 tanques almacenados, pero el 70% "no se ha movido ni un centímetro desde el comienzo de la guerra".

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Muchos de los T-72 han estado guardados sin cubrir desde principios de los años 90, con lo que probablemente estarán en muy malas condiciones. Así, Luzin estima que al ritmo actual de desgaste, la renovación de tanques y vehículos de infantería rusos a partir del almacenamiento habrá alcanzado un "punto crítico de agotamiento" en la segunda mitad del año próximo. Gjerstad añade que, si la situación no cambia, se verán obligadas a ajustar su postura a una mucho más defensiva antes de fin de año.