Rusia se aleja de los productos 'made in China' con una copia barata a Europa

Rusia se aleja de los productos 'made in China' con una copia barata a Europa

Los gigantes de la madera y el papel chinos se están orientando hacia el este en respuesta a las sanciones occidentales. 

Ilustración de la bandera rusa con cinta amarilla con la palabra sanciones.Getty Images

China está sacando provecho de los enormes volúmenes de plantas y equipos rusos que necesitan urgentemente ser renovados y modernizados. Mientras, los gigantes de la madera y el papel del país se están orientando hacia el este en respuesta a las sanciones occidentales, que siguen dejando enormes agujeros en sus cadenas de suministro de madera y papel,según ha informado el medio Wood Central.

Ante esto, donde las empresas rusas ya no pueden acceder a piezas a través de proveedores chinos, "están ahora realizando ingeniería inversa de renovaciones de plantas y equipos internamente, utilizando impresión 3D y diseño asistido por computadora (CAD) para replicar y mejorar piezas que ya no están disponibles".

Entre ellos se encuentra el Grupo Segezha, el mayor productor de pulpa y papel de Rusia. Hasta la invasión de Ucrania ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en febrero de 2022, el grupo dependía de la empresa austriaca Andritz y de la alemana Voith para obtener maquinaria crucial. 

Mediante el uso de "gemelos digitales" (un tipo de escaneo láser que produce una fabricación precisa), el gigante de la madera busca mejorar la estabilidad de la producción y, al mismo tiempo, reducir su dependencia de los proveedores chinos.

Segezha, que ahora mira a India, China y África para compensar las pérdidas en mercados europeos cruciales, está acelerando su estrategia de sustitución de importaciones en respuesta al éxodo de empresas occidentales y la consiguiente escasez de materiales y conocimientos técnicos después de que la inversión extranjera directa abandonara el país.

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La iniciativa de modernizar las instalaciones, según el mismo medio, se produce en un momento en que las sanciones por la guerra han obligado a los productores rusos de madera contrachapada (que en su día estuvieron entre los tres primeros del mundo en producción) a inundar Asia, África y América Latina con productos baratos.