Netanyahu dialogará con Palestina "cuando el conflicto árabe-israelí llegue a su fin"
El primer ministro de Israel afirma estar listo para considerar el papel de mediador en la crisis de Ucrania, según confiesa a la CNN.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha ofrecido este martes conversaciones con los palestinos "una vez que finalice el conflicto árabe-israelí".
"Cuando efectivamente el conflicto árabe-israelí (llegue) a su fin, creo que regresaremos a los palestinos y lograremos una paz viable con ellos", ha declarado en una entrevista con la cadena CNN.
"Ciertamente estoy dispuesto a que tengan todos los poderes que necesitan para gobernarse a sí mismos. Pero ninguno de los poderes que pudiesen amenazarnos", ha afirmado el primer ministro.
Así, a modo de confirmación, ha citado los Acuerdos de Abraham, que permitieron la normalización de las relaciones entre Israel y varios países árabes, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Marruecos y Sudán.
"Fui directamente a los estados árabes y forjé un nuevo concepto de paz. Formé cuatro acuerdos de paz históricos, los Acuerdos de Abraham, que es el doble de acuerdos de paz que todos mis predecesores en 70 años", ha sostenido el 'premier' israelí.
Los acuerdos fueron firmados en 2020 con la mediación de la Administración estadounidense de Donald Trump y desde entonces las autoridades israelíes han asegurado que hay varios países de la región que estarían sopesando sumarse a los mismos, en medio de las críticas de la Autoridad Palestina y las facciones palestinas.
Las declaraciones de Netanyahu se producen, un mes después de su regreso al poder, en medio de una escalada de las tensiones durante los últimos días, ya que la semana pasada se produjeron ataques contra israelíes en Jerusalén, después de que el Ejército de Israel matase a una decena de palestinos en una redada en la ciudad cisjordana de Yenín, incluyendo, al menos, a una mujer civil.
Los grandes conflictos
El jefe del Gobierno israelí ha reiterado su rechazo al acuerdo nuclear con Irán, señalando que "firmar cien acuerdos con ellos, regímenes deshonestos que (tienen la intención de obtener) armas nucleares, no ayuda".
"Creo que la única forma de detener o abstenerse de obtener armas nucleares es una combinación de sanciones económicas paralizantes, pero lo más importante es una amenaza militar creíble", ha explicado.
Este tema ha complicado las relaciones con las autoridades estadounidenses, a pesar de que Irán detuvo formalmente su programa de armas.
Otro punto de discordia entre ambos países es la postura israelí sobre Ucrania, ya que aunque ha condenado la invasión y envía ayuda humanitaria de forma regular, pero Israel no ha enviado armas a las tropas ucranianas.
Aun así, Netanyahu ha afirmado que está preparado para reconsiderar su papel en la guerra de Ucrania como mediador, en el caso de que todas las partes interesadas lo pidieran. "Si todas las partes relevantes me lo preguntan, ciertamente lo consideraré, pero no me estoy presionando", ha declarado, asegurando que cuando comenzó la invasión, antes de su mandato, que le propusieron actuar como mediador de Moscú y Kiev.
Asimismo, ha abordado las preocupaciones sobre su gabinete, descrito como el más derechista en la historia del país y que ha levantado críticas en la opinión pública del país, que se ha manifestado masivamente en las calles durante días por las nuevas medidas, como una polémica de la reforma judicial.
"Tengo mis dos manos en el volante", ha remachado Netanyahu, que ha defendido declaraciones de algunos de sus miembros del gabinete, asegurando que "mucha gente dice muchas cosas cuando no está en el poder, pero se templan cuando llegan".
"Controlo el gobierno y soy responsable de sus políticas, y las políticas son sensatas y responsables, y siguen siendo eso", ha indicado asegurando que los cambios "fortalecerían la democracia", al tiempo que ha acusado a los críticos de hipocresía.
Los cambios propuestos por el ministro de Justicia israelí, Yariv Levin, podrían conceder al Gobierno el control del comité de selección judicial, limitarían la autoridad de los asesores legales y, sobre todo, reducirían la capacidad del Supremo para revocar ciertas leyes aprobadas en el Parlamento.
El intento de apaciguamiento de Blinken
Aplacar tensiones y buscar maneras para acabar con el actual ciclo de violencia es "la tarea inmediata" en Israel y los territorios palestinos del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que hoy ayer hoy su visita de dos días a una región marcada por otra dura escalada.
Tras pasar por Egipto, el jefe de la diplomacia de EE.UU. llegó ayer, lunes, a Israel y hoy visitó Cisjordania ocupada. Fue la visita de más alto rango de un cargo estadounidense desde que el nuevo Gobierno de derechas israelí que encabeza Benjamín Netanyahu asumió el poder hace un mes.
Todo ello, en medio de un fuerte repunte de tensión del conflicto palestino-israelí que se saldó con 20 muertos esta última semana por varios ataques e incidentes violentos. Han sido de los más letales en Israel y Cisjordania en años, lo que alarmó a Washington, que ha instado con vehemencia a la contención.
"Todas las partes deben tomar medidas para evitar una mayor escalada de violencia y restablecer la calma", declaró por la tarde Blinken en una rueda de prensa donde hizo balance de su estancia.
Lo hizo con preocupación por la "trayectoria" de la escalada, un temor que también le expresaron las propias autoridades israelíes y palestinas y el Gobierno egipcio en El Cairo.
En su paso por Jerusalén, Blinken se reunió ayer con Netanyahu, el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, y el presidente, Isaac Herzog y esta mañana se entrevistó con el titular de Defensa, Yoav Galant, y el jefe de la oposición, Yair Lapid.
Blinken expresó la necesidad de rebajar las tensiones con los palestinos e instó a Netanyahu a "mejorar la cotidianidad" de la población en Gaza y Cisjordania para que "palestinos e israelíes tengan igualdad de condiciones de libertad, seguridad" u oportunidades y dignidad.
También trató otros asuntos clave en la relación bilateral entre Israel y EE.UU., y enfatizó la estrecha alianza entre ambos países.
A su vez, abordaron cuestiones como el frente común que tienen contra Irán, la invasión rusa de Ucrania y la situación de este conflicto, en el que Washington querría que Israel tomara un papel más activo en apoyo a Kíev.
Blinken también se reunió hoy con miembros de la sociedad civil israelí en Jerusalén, así como de la palestina en Cisjordania, y fue recibido en la ciudad cisjordana de Ramala por Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El jefe de la diplomacia estadounidense apeló a Abás a frenar la violencia con Israel y lamentó que el futuro de los palestinos "se esté encogiendo", al tiempo que reiteró el apoyo de EEUU a la solución de dos Estados, expresó de nuevo su oposición a la expansión colonial israelí en Cisjordania y rechazó las demoliciones y desalojos de viviendas palestinas.
Este asunto ha sido polémico tras los últimos ataques, ya que el Gobierno israelí anunció medidas punitivas, entre ellas el precintado o demolición de casas familiares de agresores palestinos, así como la revocación de ciudadanía o residencia de sus parientes, una política que algunos sectores críticos califican de "castigo colectivo".
La ANP, con control en áreas reducidas de Cisjordania, es el principal socio e interlocutor de EE.UU. ante los palestinos, y la Administración Biden intenta reforzarla desde que asumió el poder tras años de lazos rotos durante la administración Trump.
Ante ello, Blinken expuso hoy este elemento como prioridad, también como parte del proceso para sentar las bases de un Estado independiente.
También anunció que EEUU aportará una ayuda adicional de 50 millones de dólares a la UNRWA, agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
Asimismo, volvió a expresar a Abbas su compromiso de reabrir su consulado para asuntos palestinos en Jerusalén, cerrado en 2019 por Trump tras fusionarlo con la Embajada de EEUU en la Ciudad Santa.
Por su parte, Abbas, responsabilizó al Gobierno israelí de la actual escalada, y remarcó que las decisiones tomadas los últimos días -que incluyen la interrupción de coordinación de seguridad con Israel- tienen como meta "proteger los intereses" de los palestinos "tras haber agotado todas las vías" con las autoridades israelíes.