Revelan el país que emergerá como superpotencia mundial si gana Rusia: "Una calamidad para Occidente"

Revelan el país que emergerá como superpotencia mundial si gana Rusia: "Una calamidad para Occidente"

"Si Putin logra su objetivo de anexar Ucrania, la responsabilidad de ello recaería sustancialmente en el apoyo del Partido Comunista Chino. Y es beneficiaría sobre todo al presidente Xi", afirma sin cortapisas el analista Matthew Henderson.

Xi Jinping y Vladimir Putin, el pasado octubre en Pekín.Suo Takekuma / Pool / Getty Images

Estamos en el tercer año de guerra en Ucrania, esa guerra que Rusia quería y preveía rápida no lo ha sido. Sin embargo, en este momento, es Moscú quien lleva mayormente las riendas: tiene en su poder un 20% del territorio del país vecino, está haciendo daño en Jarvok y, por ahora, lleva la iniciativa, a la espera de ver cómo cambian las cosas con el uso de armamento occidental en su propio territorio

El diario británico The Telegraph ha pedido a varios analistas que revisen el estado de la contienda y su porvenir y uno de sus elegidos, Matthew Henderson, ha revisado qué puede pasar en el caso de que Rusia gane. "Un triunfo de Putin empoderaría enormemente a su colega autócrata Xi Jinping. Esto sería calamitoso para Occidente", pronostica. 

"China y su alianza con otros oponentes de Occidente es el desafío más serio a la paz y la prosperidad mundiales desde la Segunda Guerra Mundial. Si Putin lograba su objetivo de anexar Ucrania (subyugar a su pueblo a una tiranía despiadada), la responsabilidad de ello recaería sustancialmente en el apoyo del Partido Comunista Chino (PCC) . Y beneficiaría sobre todo al presidente Xi", afirma sin cortapisas. 

"Es difícil predecir cómo se desarrollaría el conflicto global entre los actuales órdenes liberal y autoritario tras un triunfo de este último en Ucrania. Esto se debe en parte a los roles normativos desempeñados por Xi, Putin y los líderes de Corea del Norte e Irán, cuyo sentido de riesgo y beneficio es incognoscible", afina. Pero, aún así, algunos aspectos de China bajo la "autocracia de Xi, tanto internamente como en sus relaciones exteriores", están "bien establecidos y es probable que persistan". 

Por un lado, dice su columna, "China probablemente vería la victoria de Putin como un gran paso hacia la deseada revisión del orden mundial. Pero no necesariamente de la manera que uno podría pensar". "Hasta ahora, muchos comentaristas occidentales se han aferrado a la noción de que China busca reformar en lugar de derrocar el orden internacional basado en reglas, establecido después de 1945 representado por instituciones como la ONU. Están equivocados: la naturaleza revisionista de la visión de Xi de una “nueva era” liderada por China pasaría a primer plano si Ucrania cayera, y de manera profunda", avisa.

Este fue el mensaje claro de las palabras de despedida de Xi a Putin en Moscú en marzo de 2023: “Están ocurriendo cambios que no se habían visto en 100 años; los estamos impulsando juntos”. Putin, recuerda, "estuvo de acuerdo". "Xi estaba señalando un ataque conjunto a las normas liberales; de hecho, uno de los impactos más obvios de la guerra ha sido mostrar la fragilidad de organismos como la ONU, con el veto de Rusia y China dando efectivamente a Moscú un cheque en blanco para salirse con la suya, literalmente, con un asesinato".

"Los antecedentes de su conveniente intercambio de objetivos revisionistas no son sencillos", reconoce. "El PCC se muestra neurálgico ante la idea de perder autonomía al asociarse con fuerzas externas. Obligado por la necesidad de la realpolitik a alinearse con Putin justo antes de la invasión, el pragmatismo del PCC ha convertido su error en ventaja para China, impulsando duras negociaciones para importar cantidades revolucionarias de energía rusa mientras observa cómo Occidente y Rusia se agotan mutuamente. Un conflicto prolongado y congelado sigue siendo el resultado preferido de Pekín".

"Un conflicto prolongado y congelado sigue siendo el resultado preferido de Pekín"

Pero incluso si Putin gana directamente, lo más importante es que los planes de Xi para China como líder de un nuevo orden mundial "no incluyan ningún lugar en la mesa alta para Putin, envalentonado por la victoria en Ucrania, y mucho menos mirar con ojos beligerantes a los países bálticos, Polonia y Europa central". Los comunistas chinos esperan "reactivar el crecimiento como principal mercado energético de Rusia, pero está comprometido a mantenerse alejado de la dependencia recíproca".

Finalmente, Henderson entiende que Putin "ya está visiblemente necesitado del largamente demorado acuerdo de Xi" sobre el Power of Siberia 2, un gasoducto a China a través de Mongolia. Según se informa, tiene la intención de proponer a Beijing en breve otra vía Kazajstán. "Esta urgencia de Moscú encaja con el libro de Xi. Es poco probable que le lance a Putin más salvavidas estratégicos, a pesar de la victoria en Ucrania. En última instancia, Pekín busca el control estratégico directo del antiguo territorio del Imperio Manchú en Siberia Oriental, potencialmente capaz de satisfacer todas las necesidades energéticas de China durante varias décadas y cambiar dramáticamente el equilibrio de poder en la costa del Pacífico Occidental a favor de China. Pagar lo que pida para apuntalar el decadente imperio de Putin no favorece el giro estratégico de Xi", ahonda.

Internamente, el PCC considera que las ventajas económicas están "subordinadas a los intereses del Partido, que actualmente se centran en la rivalidad militar y política con Occidente". El actual aumento de la producción de armas nucleares por parte de China "es una parte clave de la agenda de la nueva era de Xi, cuyo objetivo es desafiar la supremacía nuclear occidental, pero también neutralizar las amenazas de India y Rusia", indica el especialista británico. 

En las crecientes tensiones internacionales que inevitablemente seguirían a la victoria rusa en Ucrania, "es probable que aumenten los esfuerzos más amplios de China para fortalecer sus capacidades militares y su influencia en todo el mundo".

Pekín, augura además, "explotaría aún más el desorden político y las divisiones que contribuyeron al fracaso occidental a la hora de defender a Ucrania con eficacia. En tal contexto, es difícil predecir si el papel deliberado de China en la debacle renovaría la determinación occidental de imponer sanciones más duras contra China y Rusia".

Actualmente, "China está fortaleciendo su resiliencia ante tal eventualidad". "Las sanciones para reducir riesgos, el acaparamiento de oro y otras medidas para desvincularse de las dependencias occidentales (incluido el dólar estadounidense) no deben interpretarse como simplemente llenar un cofre de guerra para apoyar la invasión de Taiwán; estas políticas también son bases estratégicas para el imperio revisionista chino sobre un nuevo orden mundial centrado en Asia, los BRIC y el Sur Global".

Dicho todo esto, al considerar cómo actuaría y le iría a China si Putin ganara, "no debemos subestimar los desafíos que enfrentarían las ambiciones de Xi", recomienda el analista. "La economía china es cada vez más débil y la respuesta política de Xi hasta la fecha es marcadamente ineficaz. El crecimiento estancado y el riesgo de deflación deberían disuadir a Xi de su actual ola de gastos para armar y organizar posibles hostilidades en el Estrecho de Taiwán".

Hasta el momento, "no se ve ninguna moderación en la retórica o en el fondo. Pero con o sin mayores presiones de sanciones, el colapso de una Ucrania libre probablemente tendría un impacto negativo generalizado en el comercio global, incluidos los vínculos de China con importantes mercados occidentales". "Los reducidos beneficios derivados de las relaciones con Occidente no pueden compensarse fácilmente cambiando de caballo a favor del mundo en desarrollo. En particular, Xi seguiría buscando apoyo en cualquier lugar de Europa donde pudiera generarlo", por lo que, de nuevo, estaría jugando a dos bandas, con la ambigüedad habitual.

Así que, en resumen, "los vientos en contra actuales no disminuirían". "Es poco probable que los esfuerzos de Xi por controlar la economía nacional durante la última década tengan mejores resultados en el corto y mediano plazo, particularmente si Ucrania vuelve a estar bajo control ruso", dice. Al enfrentarse al "oprobio externo" y a la "inestabilidad económica interna que amenaza al régimen", los "autoritarios despiadados pueden verse tentados a movilizar el sentimiento nacionalista detrás de una aventura militar", concluye.

"Si su desconocida evaluación de riesgos personales aún obliga a ser cautos, Xi podría abstenerse de lanzar un ataque de distracción contra Taiwán. Pero con un Estado libre recientemente sacrificado a la tiranía, también habrá impulsores a favor de descubrir el farol de Occidente", apunta.

"Xi podría abstenerse de lanzar un ataque de distracción contra Taiwán"

"Como mínimo", entiende que podemos esperar un aumento de la presión "coercitiva", de sus posturas militares más amenazantes y su retórica nacionalista al alza, no sólo sobre Taiwán, "con su creciente peligro de errores de cálculo letales en el Pacífico", sino en otros espacios globales cada vez más disputados. "Detrás de la tragedia inmediata de la sangrienta aventura de Putin, la China de Xi seguirá siendo el principal agente de la inseguridad global" y por eso Occidente "debe prestar a esta realidad la atención que exige".