Putin revela cuándo podría desatar su armamento nuclear
El líder ruso apuesta por "umentar la responsabilidad de los estados no poseedores de armas nucleares que pueden participar en la agresión contra Rusia".
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha afirmado de nuevo que el Kremlin se reserva el derecho de usar armas nucleares contra cualquier país que represente una amenaza para Rusia o Bielorrusia, al abordar la nueva doctrina nuclear de su país.
Mientras intervenía, este jueves, en su masiva rueda de prensa de Navidad, se le preguntó si Occidente había "entendido el mensaje" de la decisión de Rusia de reducir el umbral para el uso de armas nucleares en noviembre. Putin respondió: "No sé qué mensaje recibieron, deberías preguntarles".
Y continuó enumerando una serie de "puntos clave" en el documento actualizado. "Cuando hablamos de ciertos peligros militares que pueden convertirse en nuevas amenazas, hablamos de aumentar la responsabilidad de los estados no poseedores de armas nucleares que pueden participar en la agresión contra Rusia, junto con los países con capacidad nuclear", dijo. "Y si esos países representan una amenaza para nosotros, nos reservamos el derecho de utilizar nuestras armas nucleares contra ellos", insiste.
"Hemos anunciado que, si se produjeran las mismas amenazas contra nuestro aliado, Bielorrusia, haremos todo lo posible para garantizar la seguridad de Bielorrusia. Y creo que este es un componente muy importante de la doctrina nuclear actualizada".
La nueva doctrina nuclear rusa de reducir el umbral para el uso del mayor arsenal de armas atómicas del mundo causó preocupación en la comunidad internacional.
El documento actualizado se firmó 1.000 días desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia y siguió a la decisión del gobierno del presidente Joe Biden de eliminar las restricciones sobre el uso de Kiev del ATACMS (Sistema de Misiles Tácticos del Ejército) para atacar dentro del territorio ruso.
Las claves
El cambio en la postura de Rusia incluyó al menos cuatro cambios importantes. En primer lugar, se añadió a la doctrina la agresión a Bielorrusia, donde antes sólo se mencionaban las amenazas a Rusia. El líder de Bielorrusia, Alexander Lukashenko , es el aliado más cercano de Putin en Europa y ha permitido que su país albergue ojivas nucleares rusas.
En segundo lugar, Rusia ya había advertido de una respuesta nuclear si "se viera amenazada la existencia misma del Estado". Las directrices revisadas ahora hacen referencia a una "amenaza crítica" a la "soberanía", así como a la "integridad territorial" de Rusia y Bielorrusia.
En tercer lugar, la nueva doctrina ha ampliado la lista de lo que Rusia considera peligros militares que podrían hacer necesaria una respuesta nuclear. Entre ellos se incluyen la posesión de cualquier tipo de arma de destrucción masiva que pueda utilizarse contra Rusia, los ejercicios militares cerca de las fronteras rusas, así como los intentos de atacar instalaciones peligrosas para el medio ambiente o aislar parte del territorio ruso.
Por último, el documento actualizado ya no dice que Rusia considera las armas nucleares "únicamente" como un medio de disuasión, y añade que Moscú puede usar armas nucleares contra enemigos "potenciales".
En septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores ruso , Serguéi Lavrov, hizo declaraciones similares a las de Putin el jueves. Advirtió al mundo que las armas nucleares de Moscú estaban "plenamente preparadas para el combate". En una entrevista con Sky News Arabia, Lavrov afirmó que Rusia posee armas "que tendrán graves consecuencias para quienes manejan el régimen ucraniano", pero añadió: "Nadie quiere una guerra nuclear".
Las tensiones entre Rusia y Occidente han ido aumentando en los últimos meses, y el ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov, advirtió esta semana de un conflicto directo entre Moscú y la OTAN dentro de la próxima década.
Belousov también dijo que en la guerra en Ucrania, las fuerzas rusas habían avanzado en todos los frentes y apuntaban para el próximo año a conquistar completamente las regiones de Luhansk, Zaporiyia, Jerson y Donetsk, que en 2022 Putin había declarado anexadas por Rusia.