Putin pasa la tijera a un recurso esencial y enciende las protestas

Putin pasa la tijera a un recurso esencial y enciende las protestas

La letal 'optimización' de la atención sanitaria del mandatario ruso provoca protestas en el norte de Rusia: recorta en personal y edificios y coloca a sus leales por encima de los profesionales. 

Vladimir Putin, visitando la maternidad del hospital de Lapino, a las afueras de Moscú, en 2013.Sasha Mordovets / Getty Images

El programa de optimización de la atención sanitaria en Rusia planteado por Vladimir Putin no sólo está reduciendo el número de instalaciones y personal médico en gran parte del país, aumentando incluso el número de muertos, sino que está afectando seriamente a la calidad del servicio. La razón: está desplazando (trasladando y hasta quitando) a profesionales y expertos para insertar a leales a su régimen, una práctica que está provocando protestas en el norte de la Federación.

Lo ha constatado el portal Okno, sobre el terreno. Un reportero desplazado a la provincia de Arjánguelsk explica que en la ciudad de Kotlas, por ejemplo, el número de médicos y enfermeras se ha reducido "hasta el punto de que pocos pueden ver a un especialista y el médico que estuvo a cargo durante muchos años fue reemplazado por un inexperto leal a Putin". 

Estos cambios, dicen los residentes locales, han reducido la atención sanitaria en la zona "a lo que era en el siglo XIX". Pero quizás lo más importante es que ha provocado protestas de residentes locales cuyos familiares han estado muriendo, incluso de forma prematura, por falta de ayuda. Protestar contra una política de Putin no es sencillo en una Rusia donde la disidencia y a crítica se pagan seriamente

Debido a que estas manifestaciones son pequeñas y aún más porque tienen lugar en lugares alejados de Moscú o de regiones étnicas que suelen estar mejor cubiertas tanto por medios de comunicación como por tecnología, el malestar ha sido en gran medida ignorado. La propaganda, el intento del régimen de taparlas, afecta igualmente. Pero son importantes. 

Como dice el diario, por un lado, "los rusos están bastante dispuestos a protestar por acontecimientos que consideran que tienen un impacto directo en sus vidas, incluso si no salen a las calles a manifestarse contra las políticas del Kremlin como la guerra en Ucrania", en un intento de cambiar las cosas. 

Por otro, las protestas sugieren que, a medida que Putin retire más dinero de la atención sanitaria y otros campos para financiar sus guerras, "provocará que más rusos protesten por esta última amenaza a su supervivencia" y, eventualmente, "puede llevar a algunos de ellos a conectar los puntos y ver que el propio régimen de Putin constituye una amenaza a su vida y, por tanto, es algo contra lo que deberían protestar".

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En marzo, Putin ganó las elecciones presidenciales con un 87% de los votos que es irreal, ya que los opositores más carismáticos y con capacidad de robarle apoyos están hoy muertos, en la cárcel o en el exilio. El mandatario ruso encara ya su quinto mandato sin que haya cambios a la vista, sólo más Vladimir, más expansionismo, más nacionalismo, más represión y control de un pueblo que no se le revuelve, donde la resistencia hace lo que puede. Si se toca lo esencial, las cosas pueden alterarse.