Putin despista con su nuevo plan marino
Justo en uno de los puntos más calientes del globo.
Sorpresa en el puerto Shangai y recibimiento por todo la grande, tras la llegada de dos fragatas rusas. Según ha recogido La Razón, se trata de los buques Gromkiy y Soversheniy, armados en plena Guerra Fría y con base en Vladivostok (Rusia), protagonistas de una escena que no se veía desde hace 3 años.
En un momento de máxima tensión en las aguas entre China y Taiwán -con constantes y numerosas provocaciones con decenas de cazas de combate y buques de guerra chinos-, las dos fragatas rusas participarán en maniobras conjuntas con la fuerza naval china para abordar entrenamiento en formaciones de combate, telecomunicaciones y operaciones de búsqueda y rescate.
“Su llegada es simbólica y muy importante”, relató en declaraciones a la agencia rusa TASS Dmitry Lukyantsev, cónsul general de Rusia en Shanghai. “Esta es la primera visita de barcos de la Flota del Pacífico después del período de pandemia y muestra que nuestros países mantienen una cooperación estrecha en todas las direcciones, incluidas las esferas militar y política”, ha subrayado el también representante del Comité de Asuntos Exteriores de Shanghai.
Un acercamiento simbólico
También recoge el citado medio que se produjo una cuestión muy simbólica en las aguas donde China hace valer su condición de contar con la Armada más grande del mundo -sin obviar que EEUU cuenta con el mayor poderío en términos navales y militares con su flota de portaaviones-. Ambas fragatas rusas navegaron cerca de las islas niponas de Okinawa. Es en este punto -escenario clave de la Segunda Guerra Mundial y del frente del Pacífico- donde los estadounidenses cuentan con una importante base militar.