Putin asesta un duro revés: las tiendas de lujo abarrotan Rusia
Los adinerados de Moscú aún tienen acceso a una amplia gama de productos de lujo occidentales.
A pesar de las sanciones occidentales y la retirada de numerosas marcas tras la ofensiva del Kremlin en Ucrania, los compradores adinerados de Moscú aún tienen acceso a una amplia gama de productos de lujo occidentales.
En los exclusivos barrios comerciales de la capital rusa, grandes almacenes y tiendas outlet de alta gama continúan vendiendo coches deportivos, joyas de oro y ropa de diseño. Esta situación contrasta con las afirmaciones occidentales de que las sanciones colapsarían la economía rusa y la aislarían del mundo.
"No veo ningún cambio particular", comentó Natalia a AFP, una dentista de 51 años, mientras paseaba por el lujoso centro comercial GUM, frente al Kremlin, en la Plaza Roja de Moscú. "Quizás tres tiendas, Chanel, Dior y Hermes, se han ido. El resto sigue igual. Incluso veo que Brunello Cucinelli está aquí", añadió, refiriéndose a la casa de moda italiana.
Muchos en Moscú, incluido el presidente Vladimir Putin, se han burlado del "fracaso" de las sanciones para aislar a Rusia de la economía global. "¿Querían aislarnos? ¡Por favor! Estamos tan aislados aquí que hasta da risa", dijo Sergei, un jubilado de 61 años, al salir de una tienda de lujo.
Estados Unidos, la Unión Europea y Gran Bretaña han prohibido explícitamente la exportación de "bienes de lujo" a Rusia como parte de sus sanciones. Varias marcas y grupos también abandonaron voluntariamente el mercado al inicio de la ofensiva, entre ellos Chanel, Hermes, LVMH y Kering, en medio de una ola de salidas corporativas de Rusia.
Pero casi tres años después, sus logotipos aún adornan productos en las tiendas rusas de Moscú, una bulliciosa megalópolis de unos 13 millones de habitantes que era un mercado rentable antes del conflicto. Productos autorizados de todo tipo se exportan fácilmente a Rusia a través de intermediarios en lugares como el Cáucaso y Asia Central.
Aunque ya no venden directamente a los compradores rusos, muchas marcas de lujo occidentales han mantenido sus locales en el centro de Moscú, aparentemente con la esperanza de reabrir en el futuro. "Su anunciada salida es pura hipocresía", afirmó un empresario francés que vende artículos de lujo en la capital rusa de acuerdo a la citada agencia AFP.
"Aunque sus tiendas están oficialmente cerradas, estas marcas continúan vendiendo sus productos a los rusos a través de 'mercados' y distribuidores", dijo, hablando bajo condición de anonimato.
Las estadísticas de exportación muestran un enorme aumento en el comercio entre países occidentales y países como Kirguistán, Kazajstán y Azerbaiyán (ex países soviéticos con estrechos vínculos con Moscú) después de que se introdujeron las sanciones. "De una forma u otra, todo es importado", dice Elena, de 38 años, directora de marketing de un diseñador de lencería de lujo, mientras hace compras en el centro de Moscú.
"Es un poco más complicado, pero en general cada uno se las arregla" para conseguir los productos que quiere, explica a la AFP en los grandes almacenes TSUM, sede de productos y marcas de lujo. "Las marcas de lujo siguen estando ahí, al igual que nuestros clientes habituales, la demanda no ha bajado", explica una vendedora.
En su sitio web oficial y su aplicación, TSUM anuncia la venta de productos de Prada, Yves Saint Laurent y Alexander McQueen, todas marcas que han abandonado oficialmente Rusia.
Dice que sus precios son "más competitivos que en Dubai", que se ha convertido en un destino de vacaciones y compras en auge para los rusos ricos en medio de las dificultades para viajar a Europa. "En Dubai, las ventas de productos de lujo se han disparado" desde que Rusia ordenó el envío de tropas a Ucrania, explicó el empresario francés.
Aislados de las exportaciones directas, los minoristas rusos han encontrado formas creativas de conseguir los productos demandados por sus clientes. Las sanciones han llevado a la resurrección de los "compradores", un término popularizado a principios de los años 1990 entre las personas que viajaban a Europa para traer cajas de artículos de lujo para sus clientes en su país.
Hoy en día los compradores tienen contratos directos con grandes boutiques o centros comerciales, dijo Andrei, un estilista de 52 años que posee una cartera de clientes de alto nivel. "Reciben pedidos de muebles, vajillas, joyas, ropa y pieles directamente a sus representantes en Milán, París y Londres", explica.
Dada la enorme demanda de productos occidentales de lujo, los rusos ricos están seguros de que las marcas occidentales volverán rápidamente en cuanto puedan. "Es sólo cuestión de tiempo", dijo Andrei.