Las protestas contra el Gobierno de Netanyahu culminan 'secuestrando' a su mujer en la peluquería
El primer ministro de Israel advierte a los manifestantes contrarios a la reforma judicial que propone el Ejecutivo que no crucen "líneas rojas".
Miles de personas se han manifestado este martes en Jerusalén contra la reforma judicial del Gobierno israelí, como parte de una jornada de intensas protestas en todo el país que por la mañana tuvieron epicentro en Tel Aviv, donde hubo choques con la Policía y cerca de cuarenta detenidos.
Los movilizados se concentraron por la tarde para protestar en varios puntos de la Ciudad Santa, entre ellos alrededor del Parlamento de Israel (Knéset) -donde los diputados de la coalición impulsan más proyectos de ley de la reforma judicial-, el domicilio privado del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y su residencia oficial.
El primer ministro israelí ha advertido a los manifestantes que no crucen "líneas rojas" y les ha acusado de "amenazar" a su esposa, refugiada en una peluquería de Tel Aviv. "No toleraremos las amenazas contra los servidores públicos y sus familiares, algo que está sucediendo ahora mismo en el centro de Tel Aviv. No toleraremos una situación en la que las personas actúen como les plazca", señalaba en un discurso a la nación.
Según ha recogido el diario The Times of Israel, cientos de manifestantes se agolpaban fuera del establecimiento coreando "el país arde y Sara se corta el pelo", mientras la policía organizaba un dispositivo especial para evacuarla.
Netanyahu ha comparado las protestas en Tel Aviv con las que se han registrado en la ciudad cisjordana de Huwara, también violentas. "No aceptaremos la violencia en Huwara y no aceptaremos la violencia en Tel Aviv", ha sentenciado.
En este sentido, ha calificado las protestas, que se han extendido también a los alrededores del domicilio de Netanyahu en Jerusalén, como "violencia" y "anarquía". "La libertad de protesta no es una licencia para llevar al país a la anarquía", ha agregado.
Por qué se convocan las protestas
Las protestas han sido convocadas en el marco de un 'Día Nacional de la Interrupción' con el objetivo de que el Gobierno, encabezado por Netanyahu e integrado por partidos ultraderechistas y ultraortodoxos, dé marcha atrás en su propuesta de reforma judicial, muy criticada por la oposición.
Los críticos de la reforma creen que esta socavaría los poderes de la Justicia, debilitaría la separación de poderes y las bases democráticas formales de Israel, dando paso a un sistema con mayor peso del Ejecutivo en que este podría tomar decisiones o aprobar leyes casi sin supervisión o capacidad de intervención judicial.
Según alegan los detractores, el plan haría que Israel se dirija hacia un régimen de corte autocrático que se asemejaría a los de Hungría, Polonia o Turquía. El plan agrava aún más la polarización entre la sociedad del país, donde el malestar crece y algunos analistas ya califican la situación de "crisis constitucional".
A su vez, la oposición a la reforma generó gran movilización en protestas que han sacado a la calle a decenas y cientos de miles de personas. Son las manifestaciones más masivas en el país en décadas, apoyadas también por la mayoría de fuerzas opositoras al Gobierno de Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel.
Durante el día de hoy, mientras los manifestantes proseguían una jornada de protestas que incluyó huelgas temporales en lugares de trabajo o escuelas, la coalición gubernamental seguía impulsando proyectos de ley relacionados con la reforma judicial en un pleno parlamentario donde este asunto fue el centro de los debates.
Ya esta mañana, en una primera votación en el comité parlamentario de Constitución, Ley y Justicia, se dio vía libre a un proyecto de ley relacionado con la llamada "cláusula de anulación". Esta medida permitiría que una mayoría simple de diputados en el Parlamento pueda derogar dictámenes y fallos del Tribunal Supremo, lo que restaría mucho poder al principal organismo judicial israelí.
Según analistas, la corte quedaría muy vacía de funciones y sin capacidad real para modificar o tumbar legislaciones que considerara contrarias a las Leyes Básicas, un compendio de normas que en Israel -sin constitución propia- tienen un tipo de rango constitucional.
Además, el Parlamento pasó esta tarde en votación preliminar un proyecto de ley que impediría que un dirigente con cargo de primer ministro sea declarado "no apto" para ejercer el poder a no ser que sea por incapacidad física o mental. Esta medida parece orientada a Netanyahu, que enfrenta un juicio por cargos de corrupción y en caso de ser condenado formalmente debería dimitir.
Recientemente también hubo debate sobre si el jefe de Gobierno entra o no en un conflicto de intereses al poder impulsar leyes o medidas sobre el poder judicial mientras él mismo tiene cuentas pendientes con la Justicia.
Con todo, el ambiente sigue caldeado, y en las protestas de esta mañana en Tel Aviv, cuando los manifestantes intentaban cortar una de las principales autopistas de la ciudad, la Policía intervino usando gases lacrimógenos, bombas de estruendo y desplegó caballería y tanques de agua como medidas de dispersión.
Ante la situación actual, crecientes sectores de la sociedad y clase política israelí instan al diálogo en torno a la reforma entre Gobierno y fuerzas opositores, y desde hace semanas el presidente israelí, Isaac Herzog, apela a negociaciones entre las partes.
"Estamos en un momento difícil de crisis interna", advirtió Herzog esta tarde, que expresó su esperanza de que en vez de alcanzar "un abismo terrible" se llegue a "una solución con amplio acuerdo".