Un niño de tres años muerto y asedio en Ramala: de nuevo la violencia sacude Palestina
El crío y su padre cruzaban en coche, en el momento de un enfrentamiento con colonos. Dos personas murieron en su funeral, por enfrentamientos con el Ejército.
De nuevo, la violencia en Oriente Medio con toda su crudeza. Palestina vuelve a estar en el ojo del huracán por un encadenamiento de sucesos, asedios, ataques, atentados y redadas. En las últimas horas, dos acontecimientos han elevado la temperatura: la muerte de un niño árabe a disparos del Ejército de Israel y la entrada de sus soldados en Ramala, la capital administrativa y relativamente calmada, para demoler la casa de un supuesto terrorista.
El caso que más ha impactado es el de Mohamed Tamimi, un niño palestino de tres años fallecido a causa de un disparo que recibió el viernes por parte de soldados israelíes que respondían a un ataque en Cisjordania ocupada. El crío ha pasado cuatro días internado en grave estado tras recibir un disparo en la cabeza el viernes por la noche, por parte de soldados israelíes que abrieron fuego contra dos palestinos que habían llevado a cabo un ataque con arma de fuego contra un asentamiento cercano.
Un portavoz militar confirmó a EFE que el niño y su padre, que circulaban en un vehículo al momento del ataque, fueron alcanzados accidentalmente por los disparos de los soldados, que estaban apostados junto al asentamiento de Neveh Tzuf, pegado a Nabi Saleh.
Luego, en su entierro, dos palestinos más resultaron heridos el martes en enfrentamientos con el Ejército israelí. Ocurrió en Nabi Saleh, donde se celebró el funeral. La agencia oficial de noticias palestina, Wafa, informó que, durante los enfrentamientos, un joven recibió un disparo en un pie y que otro fue alcanzado en el rostro por una bala recubierta de caucho, en ambos casos por parte de soldados israelíes.
Además, la agencia destacó que las tropas israelíes "atacaron a los residentes de la aldea con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento, causando que decenas se asfixien". Consultado por EFE, el Ejército israelí declaró que "se instigaron disturbios violentos" en la localidad palestina, tras lo que las tropas actuaron con métodos de dispersión antidisturbios. "Durante los disturbios, varios sospechosos arrojaron bloques de piedra a los soldados", que respondieron disparando munición real, agregó un portavoz militar.
Noche dura en Ramala
Mientras, esta madrigada, al menos seis palestinos han sido heridos por balas y gas lacrimógeno tras enfrentarse contra las Fuerzas de Defensa de Israel en la ciudad cisjordana de Ramala, cuyo objetivo es demoler la casa del presunto autor de un atentado en una parada de bus en Jerusalén el pasado noviembre, que se saldó con dos víctimas mortales.
"Las FDI están trabajando actualmente en la ciudad de Ramala para demoler la casa del terrorista que llevó a cabo el ataque con artefactos explosivos improvisados en Jerusalén en noviembre pasado", ha comunicado el Ejército israelí en su cuenta de Twitter.
Los enfrentamientos, que se han saldado con al menos cuatro heridos de bala y dos por inhalar gas lacrimógeno, han estallado en las inmediaciones de la casa del supuesto autor del atentado, Islam al Faruq, según ha publicado la agencia palestina de noticias Felesteen. Al Faruq, de 26 años, aún se encuentra detenido y en espera de juicio tras haber sido sometido "a una dura investigación", ha asegurado la propia agencia.
El Ejército israelí ya avisó en febrero a la familia del sospechoso sobre su intención de demoler la casa, según el diario The Times of Israel, y es que las autoridades israelíes derruyen regularmente las casas de palestinos acusados por terrorismo.