Mongolia revienta el sueño ruso del mega gaseoducto

Mongolia revienta el sueño ruso del mega gaseoducto

El proyecto se consideraba un salvavidas financiero para una Rusia que lucha contra las sanciones por la guerra desatada por el presiente ruso en Ucrania. 

El gasoducto ruso Nord Stream 2, en una foto de archivo.Peter Kovalev/TASS

Mongolia ha rechazado definitivamente la propuesta de construir el gasoducto "Poder de Siberia-2", lo que supone un duro revés para Moscú. El periódico chino South China Morning Post ha informado que Mongolia ha excluido oficialmente el gasoducto de sus planes a largo plazo hasta 2028.

Los expertos, según el medio UAWire, interpretan la decisión de Mongolia como el rechazo definitivo al polémico proyecto, que se consideraba un salvavidas financiero para una Rusia que lucha contra las sanciones por la guerra desatada en Ucrania por el presidente ruso, Vladimir Putin, en febrero de 2022. 

La pérdida del acceso al mercado europeo del gas le ha costado a Rusia cientos de miles de millones de dólares y los intentos de reemplazar esos ingresos mediante la expansión hacia el mercado chino no han dado frutos, resalta el mismo medio. A pesar de las múltiples propuestas del presidente Putin, Pekín ha rechazado sistemáticamente la idea.

La ruta propuesta para el gasoducto, que se extendería 2.594 kilómetros, atravesaría principalmente Mongolia, un país sin salida al mar. Sin embargo, China se ha negado rotundamente a discutir cualquier proyecto que incluya el territorio mongol para el tránsito.

"Estamos entrando en una pausa prolongada en la que Moscú ya no cree que pueda conseguir el acuerdo deseado de Pekín, y probablemente posponga el proyecto hasta tiempos más favorables", ha señalado al mismo medio el exempleado del Consejo de Seguridad Nacional de Mongolia Munkhnaran Bayarlkhagva.

Así, sospecha que la renuencia de Pekín podría deberse en parte a las intenciones percibidas de Gazprom de controlar unilateralmente el segmento mongol del gasoducto. "Esto significaría un aumento repentino y prolongado de la influencia de Moscú en Mongolia a expensas de Pekín", señala Bayarlkhagva. "Aunque nunca se dijo explícitamente, habría sido 'justo' incluir a los chinos en el desarrollo de la sección mongola desde el principio".

Li Lifang, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai, añade: "Mongolia espera inversiones tanto de China como de Rusia, pero Rusia carece de fondos y China no tiene prisa en construir el oleoducto".