El ministro de Justicia turco promete tomar medidas contra la construcción negligente de edificios
"Los que cometieron negligencias tendrán que rendir cuentas", avisa el Gobierno, ante la cantidad de edificios que no cumplían con la ley.
El ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, ha prometido tomar medidas contra la negligencia en la construcción de viviendas después de que los terremotos registrados en el sur del país desde el lunes hayan derribado miles de edificios.
"Nuestra prioridad es salvar a las personas atrapadas bajo los escombros. Después continuará el proceso judicial. Los que cometieron negligencias tendrán que rendir cuentas", ha indicado el ministro en declaraciones a la prensa recogidas por Daily Sabah.
Las declaraciones del ministro se dan en la misma jornada que el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, haya anunciado que cada familia damnificada por los terremotos recibirá 10.000 liras turcas (cerca de 500 euros), al tiempo que ha afirmado que Ankara lanzará "operaciones masivas de vivienda" en las diez provincias afectadas.
"Nuestros ciudadanos no deben preocuparse. Nunca permitiremos que se queden en la calle", ha manifestado el mandatario, antes de incidir en que las víctimas pueden alojarse por ahora en varios hoteles. "Tenemos una capacidad significativa de habitaciones (en hoteles). Si nuestros ciudadanos no quieren quedarse aquí en tiendas de campaña, les buscaremos acomodo en hoteles", ha prometido.
El mandatario ha hecho además hincapié en que las autoridades "han movilizado todos los recursos" para hacer frente a las consecuencias de los terremotos, que han dejado más de 12.000 muertos y 60.000 heridos en territorio turco. Según los datos oficiales, más de trece millones de personas se han visto afectadas por los seísmos, que han causado además el derrumbe de casi 6.500 edificios.
Sin la protección sísmica adecuada
A pesar de este conocido peligro sísmico, la región contiene muchas infraestructuras vulnerables. Muchos de los edificios derrumbados parecen haber sido construidos con hormigón, sin el refuerzo sísmico adecuado. Los códigos de construcción sísmica de esta región sugieren que estos edificios deberían poder soportar terremotos fuertes (en los que el suelo incrementa entre un 30% y un 40% la gravedad normal) sin sufrir este tipo de colapso. Sin embargo, se han venido abajo edificios con menos de un año de antigüedad, pero que incumplían estas normas.
"Los seísmos de 7,8 y 7,5 parecen haber provocado sacudidas del orden del 20 al 50 % de la gravedad. Así pues, una parte de estos edificios fallaron con intensidades de sacudida inferiores a las del código de diseño", explica en The Conversation Mark Quigley, Profesor Asociado de Ciencias Sísmicas en la Universidad de Melbourne.