Marruecos eleva la tensión con Francia con expulsiones
El Gobierno marroquí asegura que ha actuado de acuerdo a la legislación del país.
Dos periodistas franceses que llevaban unos días en Marruecos trabajando sobre diferentes temas han sido expulsados del país por, según Rabat, haber entrado como turistas y no tener su acreditación en vigor. La expulsión se produce además, en un contexto de especial tensión entre el régimen de Mohamed VI y Francia después de la polémica sobre el rechazo a la ayuda gala para el terremoto.
A Quentin Müller y Thérèse di Campo, los dos redactores de la revista Marianne expulsados, los detuvieron de madrugada en el hotel de Casablanca en el que estaban alojados. Después los trasladaron al aeropuerto y allí intentaron embarcarlos en un vuelo a Marsella, destino que rechazaron porque ninguno de los dos vive allí, se embarcaron finalmente en un avión rumbo a París.
El portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa Baitas, aseguró tras la expulsión que todo se realizó de acuerdo a las leyes que regulan el ejercicio del periodismo en Marruecos y afirmó que más de 300 corresponsales internacionales (una cuarta parte, galos, según el ejecutivo marroquí) cubrieron el terremoto con libertad. "A pesar de que, y todos los marroquíes lo han visto, las coberturas en ocasiones no fueron objetivas, ninguno de estos periodistas ha sufrido ningún tipo de presión por nuestra parte", añadió.
Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), los reporteros franceses expulsados de Marruecos llevaban varios días trabajando sobre diferentes temas, como la represión del régimen y el papel del rey Mohamed VI. Durante su estancia habían contactado con miembros de la oposición y, explican, se llegaron a sentir vigilados por los servicios de seguridad.
En su cuenta de X (antes Twitter), Quentin Müller asegura que los detuvieron diez hombres vestidos de civil y que los expulsaron del país a la fuerza "sin ninguna explicación", lo que "dice mucho sobre la atmósfera represiva en Marruecos".
"Este arresto es puramente político", se quejó el reportero, especializado en coberturas en una amplia zona de Oriente Medio y del mundo árabe, que precisó que estaban trabajando "sobre la violencia económica social y de libertades del régimen marroquí, movido por la omnipotencia del rey, de su corte y de sus servicios de seguridad ultrarrepresivos".
Avanzó que próximamente se va a publicar una larga investigación sobre Mohamed VI, su corte y sus servicios de seguridad sobre las "informaciones exclusivas" que ha recopilado y que "dibujan un régimen cada vez más duro, asustado ante cualquier impulso de contestación local".
Para el reportero, la nacionalidad francesa que tiene él y Di Campo les ha salvado, porque mientras a ellos los han expulsado, "varios periodistas valientes y con talento se están pudriendo en prisión acusados falsamente de violación o intimidados con métodos crapulosos".