Los 60 dispositivos que podrían salvar el sabotaje de internet de Rusia y China

Los 60 dispositivos que podrían salvar el sabotaje de internet de Rusia y China

Son los únicos que pueden separar los cables submarinos por los que circula Internet.

Underwater fiber-optic cable on ocean floor.Getty Images/iStockphoto

Los países occidentales llevan muchos años preocupados por los sabotajes de Internet que pueden realizar Rusia y China, en concreto por los cables submarinos, por donde circula la mayor parte de su tráfico. Además, según advierte The Economist, la guerra entre Rusia y Ucrania ha evidenciado más todavía que la infraestructura no está a salvo de la influencia militar o civil.

La empresa de datos TeleGeography calcula que hay más de 600 cables submarinos activos o en proyecto que cruzan los océanos del mundo, con una longitud total de más de 1,4 millones de kilómetros. Europa está conectada a América por unos 17 cables, la mayoría a través de Gran Bretaña y Francia.

El principal problema para protegerlos es que resulta complicado diferenciar entre sabotajes o accidentes, ya que más de 100 cables son dañados anualmente en todo el mundo debido a que los buques de carga que arrastran sus anclas y los arrastreros mal utilizados causan también daños.

Las únicas herramientas para repararlos son los 60 barcos que hay en todo el mundo, aunque el proceso es largo y requiere muchos recursos. Otro problema es que el cable reparado se puede volver a cortar fácilmente. Dado que la transmisión de datos inalámbrica y por satélite es significativamente menos eficiente que a través de cable de fibra óptica, es poco probable que Internet los abandone durante mucho tiempo.

Arma para bloquear la información

Uno de los incidentes se produjo en otoño de 2023, cuando se rompieron el gasoducto Balticconnector y el cable de datos situado junto a él. El accidente se consideró durante mucho tiempo un sabotaje, pero no hubo pruebas concretas y las autoridades finlandesas acabaron considerándolo como un daño causado por un barco chino. También ha habido daños en los sistemas de cables del mar Rojo o África occidental.

A EEUU también le inquieta una posible amenaza china a los cables en Asia, especialmente Taiwán, que tiene una enorme dependencia de los cables submarinos para las comunicaciones internacionales y un número relativamente pequeño de terminales.

Así, en una guerra, el Ejército Popular de Liberación trataría de imponer un "bloqueo de información" en la isla, según Elsa Kania, experta del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (cnas). Cortar los cables, añade, "sería casi con certeza un componente de esa campaña".

El corte de cables también puede servir a objetivos bélicos más amplios, como "derribar la flota de drones de EEUU, o incluso de socavar el sistema de inteligencia Five Eyes, que depende enormemente de la vigilancia por Internet", según los historiadores de inteligencia Richard Aldrich y Athina Karatzogianni.

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Ante esta amenaza, los gobiernos occidentales se están esforzando por erigir mejores defensas. Una iniciativa que la Unión Europea está contemplando es la creación de una red de "estaciones submarinas" en el fondo del mar que podrían permitir a los drones cargar baterías y transmitir datos sobre lo que han visto.