El líder supremo de Irán ultima una amnistía para "un número significativo" de participantes en las protestas
Se beneficiarán los condenados que "no hayan cometido espionaje, homicidio doloso o lesiones, ni destrucción de la propiedad pública".
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha aceptado una propuesta de la Judicatura del país para "indultar o reducir la pena de un número significativo" de acusados y condenados por su participación en las protestas contra la muerte el año pasado bajo custodia de la joven kurda-iraní Mahsa Amini, por llevar presuntamente mal puesto el velo islámico, informa la agencia oficial de noticias iraní IRNA.
La amnistía ha sido concedida con motivo de la próxima conmemoración del 44 aniversario de revolución islámica, el 11 de febrero de 1979 y obra de conformidad al artículo 110 de la Constitución que "otorga al Líder el derecho de indultar o reducir las sentencias de los condenados por recomendación del titular del Poder Judicial".
De acuerdo con los términos estipulados por la Judicatura, serían merecedores de dicha amnistía aquellos imputados y condenados que "no hayan cometido espionaje, homicidio doloso o lesiones, ni destrucción de la propiedad pública".
Jamenei ha aceptado así la propuesta formulada por el jefe de la Judicatura, Gholamhosein Mohseni Ejei, quien le ha explicado por carta que "un número notable de esos reclusos se arrepienten de sus crímenes y han pedido perdón tras la divulgación de las tramas urdidas por los enemigos extranjeros y las corrientes antirrevolucionarias y antipopulares".
El Gobierno iraní, si bien ha reconocido excesos puntuales en la represión de las protestas, achacan las manifestaciones a la intervención de "alborotadores", muchos de ellos a sueldo de "potencias extranjeras".
Las protestas se han saldado hasta el momento con entre 481 y 522 fallecidos, entre ellos 68 responsables de las fuerzas de seguridad del país, según ONG especializadas en el seguimiento de la crisis.
De acuerdo con la ONG Hrana, un total aproximado de 19.600 personas han sido detenidas desde el estallido de las protestas, de las cuales 713 han sido ya condenadas por un tribunal iraní. Al menos cuatro personas han sido ejecutadas y 109 están amenazadas por la posibilidad de acabar en el corredor de la muerte.