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Las fuerzas de Rusia se ponen las botas con las potentes armas occidentales abandonadas en Kursk

Las fuerzas de Rusia se ponen las botas con las potentes armas occidentales abandonadas en Kursk

Ucrania tuvo que dejar atrás gran parte de su equipo al retirarse de la región rusa.

Rodillo de mina en un tanque M1A1 Abrams del Ejército de EE.UU. suministrado a Ucrania.dpa/picture alliance via Getty I

Las fuerzas ucranianas se ha visto obligadas recientemente a retirarse de la región rusa de Kursk, que controlaban desde verano de 2025, después de una serie de intensos ataques con drones rusos que destruyeron su principal línea de suministro en Sudzha. 

El analista militar David Axe sugiere a Forbes que esta retirada se realizó probablemente  por la noche, en plena oscuridad, para minimizar las bajas de soldados ucranianos. Sin embargo, la pérdida de equipos clave en este proceso representa un golpe significativo para las Fuerzas Armadas de Ucrania.

El combate en Kursk continúa, y las fuerzas rusas han avanzado hacia la frontera con la región de Sumy con el fin de cortar las líneas de suministro de Kiev. El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, Oleksandr Syrskyi, ha confirmado que los enfrentamientos persisten en los suburbios de Sudzha, una ciudad casi completamente destruida por los ataques rusos. 

En este escenario, Ucrania se ha visto obligada a abandonar una parte considerable de su equipo pesado, incluyendo vehículos y artillería de alto valor. Entre los activos más importantes que se han quedado atrás se encuentran los tanques M-1 Abrams, propocionados por EEUU en 2023. La 47ª Brigada Mecanizada de Ucrania, equipada con estos vehículos, perdió al menos 10 unidades debido a los intensos combates.

Según Axe, los tanques Abrams fueron gravemente dañados durante las batallas y quedaron atrapados en tierra de nadie entre las líneas ucranianas y rusas, lo que dificultó su recuperación. Así, este equipo de alto valor fue, en última instancia, capturado por las tropas rusas.

Además de los Abrams, Ucrania también perdió al menos 80 vehículos de combate de infantería M-2 Bradley, otro activo crucial en su arsenal. Estos vehículos, conocidos por su movilidad, protección y potencia de fuego, fueron enviados por la administración de Joe Biden. Sin embargo, con la pérdida de tantos Bradleys y la incertidumbre sobre nuevos envíos de Donald Trump, la situación se complica para las fuerzas ucranianas.

La artillería también sufrió un golpe considerable, con la pérdida de obuses M-777 de fabricación británica, que fueron fundamentales en la transición de Ucrania a armamento occidental más moderno. Durante la retirada de Kursk, las fuerzas rusas lograron capturar al menos uno de estos obuses, marcando lo que podría ser el primer M-777 intacto en manos rusas.