La flota rusa se esconde entre las nieblas europeas
Hay una cola constante de petroleros esperando para entrar en los puertos petroleros rusos en la zona económica de Estonia, en el área marítima internacional. Finlandia vigila también. Un movimiento que preocupa.
La guerra de Rusia contra Occidente se juega en múltiples tableros. Hay trincheras y hay dinero. Todo vale. Ahora mismo, uno de los flancos híbridos que preocupan en el norte de Europa es la presencia masiva de petroleros que hacen cola en los puertos rusos, en la zona económica de Estonia, que son una amenaza para el medio ambiente y violan las sanciones económicas contra la Federación. Finlandia está, también, seriamente preocupada por el riesgo que suponen.
Ha sido el ministro de Infraestructura de Estonia, Vladimir Svet, el que ha denunciado esta presencia, que es una caja de bombas. Lo ha hecho en declaraciones al diario finés Helsingin Sanomat.
Los petroleros, expone, estacionan en la zona económica de Estonia, cerca de las aguas territoriales, en dos zonas prioritarias: en el lado oeste de Naissaari y en el lado noroeste de la isla del faro de Vaindloo. Están haciendo cola para acceder a los puertos petroleros de Rusia, sobre todo los de Koivisto, Primorski, Laukaansuu o Ust-Luga.
El político ha hecho un llamamiento a Occidente a revisar con precisión estos barcos y su actividad, por el daño que pueden causar en el norte del continente, y tiende la mano especialmente a las autoridades de Helsinki. "No deberíamos hacer nada sin Finlandia", avisa.
El movimiento de estos buques está generando un flujo de ingresos constante para Moscú y manteniendo el equilibrio en el mercado de petróleo global, incluso pese a las sanciones internacionales que se le han impuesto por su invasión de Ucrania, desde febrero de 2022. Así que el riesgo es doble: a que se dañe el medio ambiente y a que Moscú logre un dinero que le permite mantenerse a flote, gracias a las compras de grandes clientes-amigos, como China o India.
El objetivo principal de la flota en la sombra rusa que denuncia Svet es comercializar petróleo ruso por encima del precio límite o tope (60 dólares el barril) impuesto con las sanciones, al permitir el comercio con la materia prima que Rusia genere ingresos adicionales (miles de millones de dólares) para financiar su guerra en Ucrania.
Aunque se desconoce el tamaño exacto de la flota en la sombra, la Organización Marítima Internacional (OMI) estima que a nivel mundial consta de entre 300 y 600 petroleros, compuestos principalmente por buques antiguos, muchos de los cuales no han sido sometidos a inspecciones recientes ni han recibido un mantenimiento adecuado.
En junio de 2024, 289 buques exportaron petróleo crudo y productos petrolíferos rusos, de los cuales 158 eran petroleros en la sombra, con una edad media de 17 años. El más antiguo de estos buques tenía 37 años, y el 30% de estos buques tenían al menos 20 años de antigüedad (los petroleros generalmente se desmantelan después de 15 a 20 años de servicio), según explica el tanque de pensamiento finlandés CREA.
Estos petroleros cargan crudo en importantes terminales portuarias rusas como Primorsk o Ust-Luga, luego atraviesan el Golfo de Finlandia, pasan por los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y Polonia antes de llegar a la punta de Suecia y finalmente a Dinamarca, desde donde apuntan al resto del globo. En su camino de salida del Mar Báltico, muchos hacen escala en las afueras de Gotland, una isla sueca en el lado oriental del continente, para reabastecerse y cargar suministros. También se han visto petroleros cargando combustible en las afueras de Bornholm (isla al este de Dinamarca) y Skagen (ciudad al norte del país). En otros casos, los buques apagan los transpondedores -equipo de seguridad que indica dónde se encuentran- para ocultar sus actividades.
Puede haber también problemas por el volumen de barcos: la marina estonia ha advertido repetidamente del peligro de colisión en el Golfo de Finlandia con buques anclados demasiado cerca unos de otros. Finlandia ha pedido a la UE que proporcione un buque de reserva adecuado a esas condiciones y que pueda apoyar a las flotas nacionales en caso de vertido de petróleo en las zonas septentrionales del Báltico.
Es por eso que se justifica el nuevo llamamiento de alerta de los estonios.