Kioto pierde el control en el barrio de las geishas
Vecinos del barrio de Gion buscan vetar el acceso de turistas extranjeros a algunas de sus calles ante la afluencia excesiva de visitantes y las molestias que acarrean.
Vecinos del barrio de Gion, ubicado en la ciudad japonesa de Kioto y conocido por sus geishas, buscan vetar el acceso de turistas extranjeros a algunas de sus calles ante la afluencia excesiva de visitantes y las molestias que acarrean para sus habitantes.
Este distrito de Kioto, originario de la era Sengoku (siglos XV-XVI) y cuna de las más apreciadas geishas del país (mujeres entrenadas en artes tradicionales niponas del entretenimiento), es una de las zonas más visitadas de la antigua capital japonesa, a su vez uno de los principales destinos turísticos del archipiélago nipón.
La creciente afluencia de visitantes extranjeros a Japón, que se acerca ya a niveles previos a la pandemia -cuando el país cerró casi por completo sus fronteras-, está generando diversos problemas en una ciudad que vive en gran parte del turismo pero que no se ve preparada para acoger y gestionar a tantos visitantes.
Uno de estos inconvenientes es lo que los habitantes de Gion llaman 'paparazzi' de geisha o de 'maiko' (aprendices de geisha), es decir, turistas que persiguen a estas mujeres, se meten en vías privadas o se acercan demasiado a viviendas, establecimientos u otros espacios particulares con el objetivo de fotografiarlas o grabarlas.
"Ya antes de la covid había mucho turismo en la zona y se veían muchos 'paparazzi' de este tipo. Entonces pedimos que se evitaran comportamientos como hacer fotos en espacios privados", explicó a EFE Isokazu Ota, responsable del Consejo del Distrito Sur de Gion. "Después de la covid, vuelve a haber mucha gente y parece que lo que pedíamos se ha olvidado", dice el representante de esta asociación, que integra a unas 300 familias y empresas del barrio.
Por ello han decidido poner carteles en las calles pidiendo a los visitantes que no entren en calles estrechas, de carácter privado, a partir de abril, mensajes que estarán escritos en inglés, japonés y quizás chino, según dijo Ota. "No podemos decirles que no anden ni hagan fotos en las calles publicas del barrio, pero sí queremos pedir que respeten en los espacios privados", añadió.
Preguntado sobre si ese tipo de molestias las causan sólo los visitantes extranjeros y no los japoneses, Ota dijo que "puede haber también turistas nacionales" que caigan en ese tipo de comportamientos, aunque añadió que estos "por lo general suelen pedir permiso antes de hacer fotos".
El representante de la agrupación vecinal señaló asimismo que el sur de Gion "no cuenta con muchos ingresos derivados de los turistas", ya que a diferencia de otras concurridas zonas de Kioto no dispone de abundantes comercios, tiendas de regalos y souvenirs o restaurantes. "Nosotros no buscamos atraer tanto turismo aquí, así que si se portan de ese modo, es una molestia", subrayó.
El Ayuntamiento de Kioto también ha tomado medidas en los últimos años para evitar los comportamientos indeseados de los turistas, entre ellas colocar carteles en sus calles -incluyendo Gion- pidiendo a los visitantes que no tomen fotografías de las geishas o que no fumen en la calle ni tiren colillas al suelo, bajo amenaza de multas.
Kioto, una ciudad de 1,4 millones de habitantes, recibió 43,6 millones de turistas en 2022, un fuerte repunte tras los años de la pandemia, aunque aún por debajo de los 53,25 millones de visitantes que registró en 2019.