Keir Starmer: "Os invito a uniros a este Gobierno de servicio y sumisión. El trabajo empieza hoy"

Entre infinitas banderitas de Reino Unido ondeando, vítores, abrazos, manos estrechadas, besos... este ha sido el metafórico desfile del laborismo hasta el número 10 de Downing Street, lo que se traduce en el fin de 14 años consecutivos de gobiernos conservadores y la irrupción del nuevo premier, sir Keir Starmer.

Después de que el primer ministro saliente Rishi Sunak diese su discurso de despedida y marchase a despachar con el rey Carlos III, para informarle de su salida ante los desastrosos resultados electorales de los tories en las generales de ayer, el monarca ha confirmado en el cargo al líder del Partido Laborista y próximo inquilino de dicho edificio durante el próximo lustro.

Starmer, acompañado de su esposa, ha tomado la palabra desde el atril frente a la residencia del primer ministro británico y sede del gobierno. Lo primero que ha hecho nada más tomar la palabra ha sido dejar una serie de agradecimientos y halagos a su antecesor, del que ha recordado que tiene el honor y el mérito de haber sido el primer asiático-británico en convertirse en premier, por lo que "no debe ser subestimado por nadie".

"Con respeto y humildad os invito a todos a uniros a este Gobierno de servicio y sumisión"

Acto seguido, y en un fiel reflejo de muchos de los mensajes y proclamas vertidas en campaña, Starmer ha dibujado las que serán algunas de las líneas maestras de las políticas que impulsarán con una 'supermayoría' absoluta que se podría permitir el lujo de que más de medio centenar de diputados rompan la disciplina de voto. 

"Es necesario creer en un futuro mejor y avanzar juntos", ha comenzado el que fuera fiscal general de Reino Unido, con una humilde propuesta, sabedor de ahora se necesitan "acciones" antes que "palabras": "Podemos empezar hoy con el simple reconocimiento de que el servicio público es un privilegio y que vuestro Gobierno va a tratar a todas y cada una de las personas de este país con respeto".

Precisamente, las constantes alusiones a la llegada de nuevos servidores públicos no ha sido casual, después de la mella que dejaron los escándalos del Partygate del mandato de Boris Johnson -las fiestas y actos lúdicos con políticos durante la pandemia-. "Con respeto y humildad os invito a todos a uniros a este Gobierno de servicio y sumisión. Nuestro trabajo es urgente y empezamos hoy", ha sentenciado Starmer, antes de -bajo la atenta mirada del gato Larry- llegar al umbral del número 10.

"Familias trabajadoras" y la recuperación del sistema sanitario nacional: los protagonistas

Starmer ha prometido "cambio". Lo ha hecho "aunque no nos hayáis votado", pues "nuestro Gobierno va a trabajar por vosotros". ¿Por quiénes? No hubo dudas, el mensaje de Starmer estaba dirigido a todos los británicos, pero especialmente a las "familias trabajadoras". También a los trabajadores del servicio nacional de salud (NHS), un colectivo muy castigado desde la crisis sanitaria del coronavirus. Esta ha sido una de las claves que ha marcado la campaña, la maltrecha situación en la que se encuentra ese servicio público.

"Cambiar un sistema no es como encender un interruptor, hará falta tiempo, pero que no os quepa duda de que el cambio comenzará inmediatamente, de que reformaremos Reino Unido. Nuestro sistema sanitario público volverá a ser el que era", ha asegurado, sin dejar de lado otras cuestiones más complicadas para el centroizquierda después de políticas conservadoras cuestionadas como el pacto de deportación de migrantes a Ruanda: "Trabajaremos en nuestras fronteras", ha prometido.