Kamala Harris asume la tarea de hacer que Donald Trump sea un personaje del pasado

Kamala Harris asume la tarea de hacer que Donald Trump sea un personaje del pasado 

La vicepresidenta de los Estados Unidos hace historia al aceptar la nominación del Partido Demócrata: será la primera mujer afroamericana y la primera persona de origen sudasiático que luchará el 5 de noviembre por llegar a la Casa Blanca.

Kamala Harris hace historia al aceptar la nominación del Partido Demócrata.Kevin Lamarque

La catártica fiesta del Partido Demócrata en Chicago, en la que estos últimos cuatro días han olvidado la crisis en la que se habían metido con el candidato Joe Biden, ha llegado a su fin con el objetivo cumplido: enseñarle al mundo que el partido está unido en torno al tándem con el que esperan mantenerse en la Casa Blanca y, por otro lado, recuperar la fe de que en las elecciones presidenciales de noviembre pueden ganarle a Donald Trump. 

La responsable de este resurgir demócrata es Kamala Harris. La vicepresidenta de EEUU, aupada por la música de Beyoncé, ha aceptado la nominación del Partido Demócrata para evitar que el 5 de noviembre, el republicano Donald Trump regrese a la Casa Blanca. Con la aceptación de esta misión, a su vez, Harris vuelve a hacer historia al convertirse en la primera mujer afroamericana y la primera persona de origen sudasiático que consigue ser la candidata de uno de los dos grandes partidos estadounidenses en unas presidenciales. 

"En nombre de todos aquellos cuya historia solo podría escribirse en la mayor nación de la Tierra, acepto su nominación para ser la presidenta de los Estados Unidos", ha dicho una emocionada Kamala Harris, nada más empezar el que ha sido hasta ahora el discurso más importante de su carrera política y que, solo con el anuncio, ha hecho enloquecer a las miles de personas que, otro día más, han abarrotado el United Center de Chicago.

En su discurso, retransmitido en directo por las grandes cadenas de televisión en EEUU, Kamala Harris no solo empleó su tiempo en esbozar sus principales propuestas políticas, también lo aprovechó para narrar su historia personal y, por supuesto criticar al candidato del Partido Republicano y expresidente Donald Trump, al que pretende convertir en la cita de noviembre en algo que pertenece al pasado. "En estas elecciones, nuestro país tiene una oportunidad única de dejar atrás el cinismo y enterrar el enfrentamiento. Tiene una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia delante. No como miembros de un partido, sino como estadounidenses", ha dicho mirando directamente a la cámara de televisión.

"Sé que hay gente con opiniones políticas diferentes que nos están viendo esta noche. Y quiero que sepan: prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses", declaró en un momento clave de un potente discurso en el que ha prometido que será "una líder que escucha, realista, práctica y con sentido común" y en el que se ha presentado como el antídoto capaz de frenar la "oscuridad" que, según ella, encarna el republicano. "Solo imaginad a Donald Trump sin quitamiedos, y cómo utilizaría los inmensos poderes de la Presidencia de Estados Unidos no para mejorar tu vida, ni para reforzar nuestra seguridad nacional, sino para servir al único cliente que ha tenido: él mismo", ha asegurado.

Guerra en Gaza y la migración ilegal

Aunque en los cuatro días de cónclave demócrata de Chicago, las referencias que se han hecho sobre la guerra en Gaza han sido residuales, excepto el senador Bernie Sanders y la congresista Alexandria Ocasio-Cortes, la candidata demócrata ha abordado la cuestión en otro tramo de un discurso que ha durado alrededor de 40 minutos y en el que ha condenado la "devastación" en la Franja pero, también, ha prometido defender a Israel. 

La postura de Kamala Harris sobre el asedio y el apoyo del gobierno de Joe Biden a Israel, con la aprobación de varios paquetes de envío de armas, han provocado tensiones dentro del Partido Demócrata, como quedó de manifiesto en las protestas de algunos delegados y las manifestaciones convocadas en Chicago.

"Déjenme ser clara: siempre defenderé el derecho de Israel a defenderse, y siempre garantizaré que Israel tenga la capacidad de hacerlo", manifestó Harris, quien también se refirió de manera franca al sufrimiento provocado por la estrategia del Ejército israelí en territorio gazatí estos últimos diez meses. "Se han perdido tantas vidas inocentes. Gente desesperada y hambrienta huyendo una y otra vez en busca de seguridad. La magnitud del sufrimiento es desgarradora", añadió. 

Respecto a otro de los temas al que más espacio se le dedica en esta campaña, el de la migración ilegal, Harris ha mostrado su confianza en que es posible regularizar a más de once millones de migrantes indocumentados en el país, al mismo tiempo que se protege la frontera con México. 

"Creo que podemos hacerle justicia a nuestra herencia como nación de migrantes y reformar nuestro sistema de migración", señaló antes de anunciar que si llega a la Casa Blanca, recuperará el pacto migratorio que también apoyó el Partido Republicano y que imponía mayores restricciones del sistema de asilo en años, aunque sin proponer una solución para la legalización de los migrantes que ya están en EEUU o  buscan emigrar.

La postura de Harris representa un cambio notable en comparación con la campaña de Joe Biden en 2020, donde se distanció de las políticas migratorias del entonces presidente Donald Trump y prometió restaurar el sistema de asilo. Sin embargo, tras el fracaso legislativo del pacto que ahora busca revivir, Biden ha implementado restricciones similares a través de órdenes ejecutivas, limitando la capacidad de los migrantes que cruzan irregularmente la frontera para solicitar asilo.

El color blanco reina en las gradas

Las palabras de Kamala Harris resonaron en un estadio en el que no cabía un alfiler y en el que gran parte de las mujeres han acudido este jueves vestidas de blanco, un símbolo de la lucha sufragista y de la reivindicación de los derechos de las mujeres. Al igual que otras mujeres que han ocupado altos cargos políticos en Estados Unidos, se especuló si Harris también vestiría de blanco, pero finalmente optó por un traje oscuro, diferenciándose de Hillary Clinton, la única otra mujer que ha recibido la nominación presidencial demócrata, quien en 2016 vistió de blanco al aceptar su candidatura.

El camino de Harris hacia la candidatura ha sido excepcional. A diferencia de lo habitual, no pasó por el proceso de primarias. El presidente Joe Biden, quien había ganado dichas primarias sin oponentes significativos, se vio forzado a retirarse de la contienda el pasado 21 de julio, después de un desastroso papel en el debate televisado con Donald Trump.

Titania
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Santander

A principios de mes, Harris fue ratificada como la candidata demócrata en una votación virtual, consolidando así su posición. Finalmente, el segundo día de la convención confirmó lo que ya era un secreto a voces: Kamala Harris será la encargada de enfrentarse a Donald Trump en las elecciones de noviembre.