Israel ataca por primera vez una zona cristiana de Líbano, dejando 21 muertos, mientras insiste en retirar los cascos azules
Con esto, la cifra de muertos en Líbano en el último año supera los 2.300.
Israel bombardeó este lunes, por primera vez, una zona de mayoría cristiana en el norte de Líbano, asesinando a 21 personas, en una nueva jornada marcada por la violencia en diferentes puntos del país. Con esto, la cifra de muertos en Líbano en el último año supera los 2.300.
Entre tanto, los señalamientos internacionales continúan por los ataques israelíes a la misión de paz de la ONU en territorio libanés, aunque el mandatario Benjamin Netanyahu refuta las acusaciones y refrenda su petición de que los cascos azules se retiren de las zonas de combates.
Según ha trascendido, el nuevo bombardeo israelí azotó un edificio residencial en la localidad de Aitou, ubicada al sureste de Trípoli –una de las ciudades consideradas más seguras de Líbano–, a donde hasta siete ambulancias de la Cruz Roja Libanesa se trasladaron.
Hasta el momento las autoridades no han informado sobre las identidades de los fallecidos, si bien este es el primer ataque contra esta zona de mayoría cristiana del norte del Líbano, un país compuesto por 18 religiones que intentan convivir pese a las grandes diferencias culturales e ideológicas que existen entre ellas.
Y es que desde que Israel inició, a finales de septiembre, su campaña de bombardeos masiva, ha concentrado sus ataques principalmente contra zonas de mayoría chií en el sur y el este de Líbano, pero recientemente ha comenzado a azotar otras comunidades del país, incluyendo la capital, Beirut.
Tras esta "nueva masacre", tal y como los medios locales calificaron el ataque, el Ministerio de Salud Pública libanés anunció que los muertos ascienden ya a 2.309 desde el estallido de la violencia entre Israel y el grupo chiita Hezbolá el 9 de octubre de 2023, un día después del inicio de la guerra en la Franja de Gaza.
Sin embargo, según el recuento de medios locales libaneses, alrededor de 1.500 de las 2.309 muertes se han producido desde que Israel inició a finales de septiembre una campaña de bombardeos masiva concentrada principalmente en el sur y el este de Líbano, pero también en los suburbios sur de Beirut conocidos como el Dahye.
El Gobierno libanés considera "indiscriminados" estos ataques, que han provocado al mismo tiempo el desplazamiento de alrededor de 1,2 millones de personas en las últimas semanas, unas acusaciones que se han visto reforzadas después de que este mismo lunes un bombardeo impactara cerca de un convoy de ayuda humanitaria.
El proyectil impactó en unos comercios de venta de placas solares de la localidad de Al Ain, en la región oriental de Baalbek, y provocó heridas moderadas a uno de los conductores del convoy, que iba presidido por un vehículo de la Cruz Roja Libanesa en el que viajaba el gobernador de la provincia, Bachir Khodr.
Netanyahu pide de nuevo a los cascos azules del sur de Líbano que se alejen temporalmente
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió la pasada tarde en decir a los cascos azules de la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) que lo mejor es que se vayan "temporalmente" de las zonas de combate, después de repetidos ataques contra varias sedes de las fuerzas pacificadoras en los que cinco miembros fueron heridos.
"La mejor manera de garantizar la seguridad de los soldados de la FINUL es atender la petición de Israel de alejarse temporalmente de la zona de peligro", dijo el mandatario en un videomensaje, en el que calificó de "completamente falsa" la acusación de que el Ejército atacó de forma deliberada al personal de la ONU.
Israel ha pedido "repetidamente" a la FINUL -desde el inicio el pasado día 1 de octubre de la invasión terrestre- que abandone el sur del Líbano, algo a lo que los pacificadores se niegan pese a haber sido alcanzados en múltiples ocasiones, tanto en el cuartel general en Naqoura como en posiciones cercanas.
La misión de la ONU denunció el sábado que uno de sus soldados resultó herido "por disparos" en su cuartel general en Naqoura (sur), pero la situación se agravó ayer dramáticamente, cuando dos tanques Merkava israelíes derribaron la entrada de una base de FINUL en Ramyah e ingresaron en la base de cascos azules.
Ya entonces, el primer ministro israelí acusó a los soldados de la FINUL de ser "escudos humanos" de Hezbolá, y en un mensaje grabado a António Guterres, el secretario de la ONU, le pidió evacuar las bases, pese a saber que el mandato de la misión de paz es responsabilidad del Consejo de Seguridad y el secretario general carece de autoridad.
Este lunes, Netanyahu acusó a Hezbolá de nuevo de utilizar las instalaciones y posiciones de la FINUL "como resguardo mientras ataca ciudades y comunidades israelíes", sin aportar pruebas.
"Israel tiene todo el derecho a defenderse de Hezbolá y seguirá haciéndolo", añadió, antes de lamentar cualquier daño causado al personal de la misión de la ONU.
Hezbolá ataca más bases militares en Israel
En paralelo, la milicia chiita reivindicó este lunes el lanzamiento de sendas andanadas de cohetes contra una base naval al noroeste de la localidad septentrional israelí de Haifa y contra un cuartel militar al este de la ciudad de Netanya, después de que la formación matara ayer a cuatro soldados israelíes en un ataque con drones.
"La Resistencia Islámica permanece presente y lista para defender nuestro país y nuestro pueblo firme y oprimido, y no dudará en cumplir con su deber de disuadir al enemigo", indicó Hezbolá, que añadió que estos ataques fueron en respuesta a la muerte de su líder, Hassan Nasrallah, asesinado por Israel en los suburbios de Beirut a finales de septiembre.
Al mismo tiempo, el grupo anunció que frustró varios intentos de "infiltración" y que se enfrentó a varias unidades de soldados de Israel a lo largo de la frontera en el sur del Líbano, donde las tropas israelíes iniciaron a principios de mes una invasión terrestre que se ha topado con una feroz resistencia de Hezbolá.